Lo que el viento no se llevó

VIGGO MORTENSEN Y FABIÁN CASAS

5-14/4/2012

VIGGO:

Querido hermano cuervo, te escribo después de la partida de Madelón, y después del fuerte temporal que pasó por la ciudad deportiva. Algunos se preguntan (yendo a lo fácil con total falta de respeto a las familias de los argentinos que murieron a causa de la tormenta) si esto no es simplemente más mala suerte de un sufrido San Lorenzo de Almagro. Para mí que estos vientos son la suerte de todos, y la parte buena la tenemos que buscar juntos. No somos el único club ni la única casa que han sido afectados por el temporal, pero los que se fueron al Bajo Flores para ayudar a limpiar y arreglar lo que podían en nuestra ciudad deportiva representan lo mejor del hincha cuervo. Esa es la pasión que llevamos adentro, la que nos va a sacar de este y cualquier otro mal momento. Como sabrás, a pesar de los vientos que sacudieron a la ciudad deportiva, a la estatua tallada en madera de Lorenzo Massa que vigila la capilla no le pasó nada. También quedó intacto el moño azulgrana que se le había pegado al corazón el 1 de abril. Hay ciclones y ciclones…

Agradezco a los cuervos que han ayudado a limpiar los vidrios rotos y otros destrozos causados a la Capilla Lorenzo Massa por la tormenta. Aunque no puedo estar con ellos ahora mismo, haré lo que pueda para asegurar que se arreglen los vidrios, bancos, etc.

Hablamos frecuentemente de nuestra pasión azulgrana, ese sentimiento que parece diferenciar a los cuervos de otros hinchas — para mí es como un hilo de luchas muchas veces quijotescas, un interminable drama existencial que forma parte de nuestras vidas. Para los que no saben lo que es San Lorenzo — o que no les importa — seguro sue les parece un poco absurdo e infantil la pasión azulgrana. Para vos ¿qué es? ¿de donde viene?

Leonardo Carol Madelón como jugador, al igual que sus compañeros “Camboyanos” jugaron con una intensidad que era una pesadilla para los equipos contrarios, y que levantó contínuamente los ánimos de la hinchada de San Lorenzo. Se los recuerdan a él y a sus compañeros como campeones del aguante y la tenacidad. Como técnico me parece que ha trabajado con iguales medidas de templanza y tosudez, especialmente al insistir en la grandeza histórica de San Lorenzo y el honor que es para cualquier jugador salir a la cancha con la remera del CASLA. Ahora nos hemos tenido que despedir de él como técnico del CASLA, pero para mí sigue siendo una referencia muy positiva. No fue afortunado en los últimos partidos que dirigió, pero siempre tuvo ganas y paciencia en una situación bastante jodida, con un equipo que no cuenta con tantos jugadores sobresalientes como en otros tiempos. Todos han dado lo mejor de si, pero la suerte no los va acompañando en este torneo. Es lo que hay ahora. Cambiará, y para eso hay que ser positivos y seguir, como siempre, apoyando al equipo.

Durante la época de los “camboyanos” la cosa también era durísima para los jugadores y para la hinchada. Más dura y a veces más deprimente que ahora. Pero lo que se recuerda es el coraje, el esfuerzo colectivo. Cuando llegaron a la semifinal de la Copa Libertadores en 1988 fue una hazaña casi tan impresionante como la campaña de San Lorenzo en 1982 para volver a la primera división. Los jugadores e hinchas cuervos de la segunda mitad de los ’80 formaban juntos una tribu nómada, sin cancha, sin los medios adecuados para entrenar y jugar bajo las condiciones adecuadas de las que disfrutaban los otros equipos grandes. Como dijo Luis Malvárez, nuestro lateral derecho uruguayo de entonces, el que inventó el apodo “los camboyanos”:

“Hoy jugamos para comprarle yogur a los pibes y el churrasco a la señora”

El futuro del Ciclón siempre será apasionado. De eso no cabe duda. Sabemos que la pasión no muere nunca en el cuervo de ley, pase lo que pase, sufra lo que sufra, pero ¿qué es eso? ¿De qué estamos hablando? ¿Del amor incondicional, de algo más allá de cualquier patriotismo o lealtad personal?

El profesor Ramón Carrillo (1906-1956) dijo algo interesante sobre la lealtad que me parece apto con respecto a los cuervos de todas las épocas:

“La Lealtad es cosa de la que todo el mundo habla y muy pocos la practican, por la sencilla razón de que no es una posición espiritual al alcance de todo el mundo, ni todo el mundo está preparado para ser leal.”

También dijo estas cosas:

“Se requiere saber mucho, y conocer muchas cosas para ser leal; dentro del grupo de hombres inteligentes es donde cuesta más esfuerzo.”

y

“La naturaleza humana no es buena ni mala; es neutra y está condicionada al grupo, al desarrollo mental, a las circunstancias, al medio y a las oportunidades.”

(Ramón Carrillo)

Un tipo interesante, el señor Carrillo, de Santiago del Estero. Te paso un poco de información biográfica que encontré en la web:

“Profesor, médico sanitarista, neurocirujano, neurobiólogo y político argentino, primer Ministro de Salud Pública que tuvo la Argentina e impulsor de una innovadora y valiosa labor en el campo de la medicina. Ramón Carrillo nació en el seno de una familia de clase media, siendo el mayor de los once hermanos que componían la familia, de padre de nombre homónimo, profesor, periodista y político y madre María Salomé Gómez. Curso sus estudios primarios en la Escuela Normal “Manuel Belgrano” y tras finalizarlos ingresó en el Colegio Nacional de Santiago del Estero, finalizando sus estudios en 1923 y recibiendo una medalla de oro por su desempeño. En 1924 Ramón Carrillo se trasladó a Buenos Aires para ingresar en la Facultad de Ciencias Médicas de Buenos Aires, obteniendo por concurso el cargo de practicante en el Hospital Nacional de Clínicas en 1927 y recibiéndose en 1929 con una nueva medalla de oro por su desempeño. Entre 1930 y 1933 realizó estudios de posgrado en Ámsterdam (Países Bajos), París (Francia) y Berlín (Alemania), volviendo a la Argentina en plena Década Infame (período que en 1930 con el golpe de Estado cívico-militar que derrocó al Presidente Hipólito Yrigoyen y finaliza en 1943 con el golpe de Estado militar que derrocó al presidente Ramón S. Castillo). En 1937, Ramón Carrillo ingresó como profesor en la Facultad de Ciencias Médicas de Buenos Aires y tiempo después fundó y a partir de 1944 dirigió el Instituto Nacional de Neurocirugía. En 1944 fue elegido Consejero de la Facultad de Medicina y luego Decano Interino en 1945, además creó, organizó y fue el primer presidente de la Escuela de Posgraduados en la Facultad de Medicina, con orientación hacia la medicina social y preventiva. Ramón Carrillo fue además el fundador de la Sociedad Argentina de Historia de la Medicina e impulsor junto a colegas de Uruguay, Brasil y Chile, de los congresos Latinoamericanos de Neurocirugía. Trabajando en el Hospital Militar conoció al Coronel Juan Domingo Perón, paciente con quien compartía largas conversaciones y quien le insistía en involucrarse en política. Con la llegada a la presidencia de Juan Domingo Perón (1946-1952), Ramón Carrillo fue confirmado al frente de la Secretaría de Salud Pública, que posteriormente se transformaría en el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social de la Nación. Entre las numerosas contribuciones de Ramón Carrillo como servidor público, se destacan la erradicación de enfermedades endémicas como paludismo, la creación de hospitales y policlínicos, disminución notable de índices de mortalidad por tuberculosis y enfermedades venéreas y reducción drástica del índice de mortalidad infantil. En julio de 1954, Ramón Carrillo renunció a su cargo antes de que el segundo gobierno de Juan Domingo Perón fuera derrocado (1955), debiéndose exiliar tiempo después a Brasil y muriendo en la pobreza.”

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FABIÁN:

Querido Viggo: me acordé anoche de una propaganda que salió hace unos años en Brasil y causó polémica. No me acuerdo qué se promocionaba pero sí que la protagonizaba Diego Maradona. En la tanda en cuestión, Maradona estaba soñando que tenía puesta la camiseta de la Selección Brasileña, y se despertaba horrorizado: entonces, cuando se daba cuenta que sólo era un sueño, decía: qué pesadilla! Lo mismo dije yo anoche cuando vi que el que entraba con los jugadores del CASLA a la cancha era Caruso Lombardi. Mirá, Viggo, hace cuatro noches atrás a eso de las tres de la mañana sonó el teléfono. Guadalupe y yo dormíamos y ella atendió asustada. Una voz horrible le dijo: Hola Guadalupe. ¿Quién es?, dijo Guada. ¿No sabés quién soy?  Guada cortó y me despertó. Llamé a la policía y la telefonista me preguntó si mi mujer era la que estaba en la guía. Le dije que sí. No te preocupes, son tipos que buscan por la guía y te llaman para extorsionarte. Si querés podés hacer la denuncia, pero aunque busquen el teléfono desde donde se hizo la llamada, seguro que es de un celular robado. Corté. Nuestra casa se había convertido, por la sugestión, en una casa de terror. La noche se volvió policial, paranoica. Uno no piensa bien en esos casos, son los momentos en que los pueblos buscando seguridad caen en el fascismo, y en los que los dirigentes, asustados, llaman a Caruso Lombardi. A diferencia de Thomas Pynchon, el escritor yanqui que nadie conoce ya que no permite que le saquen fotos y sólo apareció en un reportaje público por la t.v. con la condición que se le hiciera un efecto en la cara para que no se la viera, Caruso Lombardi desde que asumió, y aún antes, parece vivir dentro del aparato del televisor. Lo vi en los televisores del pasaje subterráneo de la línea D a las tres de la tarde, a la nochecita en la tele de un estacionamiento y por la noche en la tele de mi trabajo y en la esquina de Santa Fe y Callao en las enormes pantallas de una casa que vende televisores. Habla, habla, habla.

(Thomas Pynchon hace medio siglo)

El sábado por la noche, en mi cumpleaños, un íntimo amigo cuervo me decía que él pensaba que Caruso le iba a sacar la presión a los jugadores y que eso nos iba a favorecer. Después me explicó la teoría de los trece años ¿la sabés? Parece que San Lorenzo viene – desde el campeonato de Veira – saliendo champion cada trece años, lo que daría que el campeonato que viene, si nos salvamos del fantasma de la B, seríamos campeones, con Caruso, claro.

Caruso, en estas apariciones televisivas que casi lo convierten en un DT de reality, viene diciendo que le apuesta a los jugadores minicomponentes, plasmas, y demás objetos de confort. A mí eso me da vergüenza. Los jugadores son profesionales, cobran un sueldo y tienen que jugar por la lealtad al club y a la camiseta que se ponen. Pero Caruso parece que necesita hacer asistencialismo, como algunos políticos, para lograr apoyo y consenso. Ayer San Lorenzo jugó como un equipo chico, chiquito, pero la gran masa azulgrana aplaudió el punto. Recuerden que Caruso es el tipo que dijo que, de tener a Messi, lo ponía sólo en el segundo tiempo. ¿El fútbol no es un juego para arriesgar, ganar y divertirse? Besos, Viggo.

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VIGGO:

Hola Fabián,

Entiendo que Caruso Lombardi es un tipo controversial, que ha dicho y hecho cosas raras, a veces tontas. Como todos, qué se yo. La vida nos enfrenta con el supuesto enemigo una y otra vez. Frecuentemente nos encontramos cara a cara, inesperadamente, con los que no deseamos ver ni escuchar. Algunas veces las cosas cambian y llegamos a respetarlos. Otras veces no. Veremos si al final Lombardi es, parafraseando lo que dice el personaje de Gabriel Byrne en la mediocre película “Enemigo Público” de Tony Scott, increíblemente listo o increíblemente estúpido. Lo cierto es que él es nuestro nuevo técnico, así que le deseo lo mejor en su faena con San Lorenzo para que trabaje bien. Lo que diga en los medios y lo que haga en su vida y en relación a otros equipos no me importa tanto. Que se porte bien con San Lorenzo nomás. Hablando de enemigos, hay una cita genial de otra película bastante mediocre, “El Padrino III” (1990) de Francis Ford Coppola, dicha por el personaje de Al Pacino: “Nunca odies a tu enemigo. Afecta tu juicio”. Suena como algo prestado de la cultura samurai. No digo que no sea un boludo Lombardi, pero a ver si tiene suerte.

Tenés razón — Thomas Pynchon es uno de los pocos genios literarios que parece vivir completamente libre de los medios informativos y los críticos — y de la imagen pública que le han inventado. No parece interesarle en lo más mínimo lo que ellos dicen. Capaz que en otra charla podemos hablar más de él y sus obras, si querés. Encontré esto en la web sobre Pynchon. Es bastante interesante. Creo que fue colgado por alguien que se llama Axel Lewis en 2010:

El decálogo de Thomas Pynchon

Hay escritores que detestan ejercer de escritores. Creen que la obra literaria se explica por sí misma, que todo lo que tienen que decir está contenido en sus novelas o en sus poemas, y rechazan entrevistas, premios, homenajes y cualquiera de las sevicias que impone la vida literaria. Desdeñan venderse a sí mismos como peponas de feria, el arduo self-marketing, la laboriosa producción de la propia presencia que forma parte enojosa e inevitable del oficio de escritor y que a menudo exige más tiempo, energía y determinación que la construcción de la obra artística.

Si hay escritores que no escriben (los bartlebys), también hay escritores que sólo escriben; no se hacen fotografías, no opinan en la prensa, no acuden a universidades de verano, no presentan libros de otros, no forman parte de jurados ni comités ni academias. Los grados de este rechazo van desde el huraño y misántropo (Rafael Sánchez Ferlosio) al misterioso (Maurice Blanchot) o al tímido (Julien Gracq).

Este rechazo a ejercer de personaje público tiene ejemplos extremadamente coherentes y espectaculares (hay quien los llama “patológicos”): Cormac McCarthy, J. D. Salinger, Thomas Pynchon.

De Pynchon no se conoce ninguna fotografía en los últimos cuarenta años. Sus editores no le han visto nunca la cara, y si le han dado premios ha mandado a falsos pynchon a recogerlos. Dicen que vive en Long Island y que está casado con una agente literaria de Nueva York. Que adora México. Pynchon se ha convertido en un pesonaje de culto, y el misterio que lo envuelve da lugar constantemente a numerosos bulos y rumores.

Marketing paradójico: cuanto más ocultas tu presencia más expectación creas en torno a ella.

En el prólogo a su libro de cuentos Un lento aprendizaje, Pynchon desgrana algunas reflexiones sobre el arte de escribir a propósito de estos cuentos de juventud que el Pynchon maduro cree cargados de defectos; una suerte de breve y lúcida poética que condenso en forma de decálogo:

Decálogo de Pynchon

1. Es erróneo comenzar con un tema, símbolo u otro agente unificador abstracto, y luego intentar que los personajes y acontecimientos se le adapten a la fuerza.

2. Sé demasiado conceptual, demasiado listo y remoto y tus personajes se morirán en la página.

3. Me guiaba por el lema “hazlo literario”: un mal consejo.

4. Sin algún anclaje en la realidad humana, lo más probable es que uno se quede sólo con otro ejercicio de aprendiz.

5. Es una mala manera de escribir un relato: empezar con una acuñación termodinámica, los datos de una guía, y solo entonces intentar el desarrollo del argumento y los personajes. Esto es entenderlo todo al revés.

6. Entonces era joven, y me interesaba más confiar al papel una variedad de abusos, como el de escribir en un estilo recargado… Lo que puede ocurrir cuando uno emplea demasiado tiempo y energía sólo en las palabras.

7. Escribir sobre lo que se conoce. El problema es que en la juventud creemos saberlo todo, o mejor, desconocemos el alcance y estructura de nuestra ignorancia. Familiaricémonos con nuestra ignorancia, para no tener que echar a perder un buen relato.

8. Los aprendices, en todos los campos y épocas, desean ansiosamente ser viajeros.

9. El aprendizaje avanza continuamente.

10. Ya has practicado bastante. ¡Ahora escribe!

(THOMAS PYNCHON, Un lento aprendizaje, Barcelona, Tusquets, 1992. Traducción de Jordi Fibla)

El escritor argentino Rodrigo Fresán tiene un magnífico artículo sobre Pynchon en el suplemento de libros del diario Página 12:

http://www.pagina12.com.ar/2000/suple/libros/00-09/00-09-03/nota.htm

Otra cosa, muy seria, es lo que les pasó a ustedes en casa con esa llamada telefónica. No solamente hay gente desgraciada que hace eso para aprovecharse y robar, pero también hay los “inocentes” o “buenos” que tienen el jodido trabajo de hacer llamadas a todo el mundo para venderles teléfonos, tarjetas de crédito y cualquier otra cosa. Si no venden cierta cantidad de productos o estafas los echan, así que insisten. Pero es algo malísimo para los ancianos y otras personas que a lo mejor no pueden defenderse. Yo me vuelvo loco cuando llaman a la casa de mi madre, pero trato de no insultar. Les digo que no llamen más, que no queremos nada de lo que quieren vender. Pero estas llamadas son fruto de unas listas de llamadas que se hacen automáticamente, que se van renovando día a día como yuyos. Bueno, es otra cosa para aguantar, y supongo que por un lado no es de las peores en esta vida. Como voy refiriéndome a películas, también me viene en mente Barabara Stanwyck en “Sorry, Wrong Number” (1948), de Anatole Litvak. No sé como se llama en castellano. Es buena esa película. También está Burt Lancaster. ¿La viste? Bueno, como le pasó a Guadalupe el otro día, a Stanwyck le llega el miedo por teléfono.  La mujer escucha una llamada que no tendría que haber escuchado, una conversación entre dos hombres que están preparando un asesinato, incluso hablando de como se van a deshacer del cadáver después del crimen. Y, claro, ella termina metiéndose en un lío bárbaro. Resulta que estaban hablando de ella. Como padece de un parálisis y está sola, no puede hacer nada, solo esperar a que vengan por ella. Llama a la policía, a operadoras, y nadie le hace caso. Piensan que es una histérica, o están demasiado ocupados para atenderla. Antes de ser película este cuento fue presentado en la radio en 1943 en el programa “Suspense”, con la genial interpretación de Agnes Moorehead en el papel de Stanwyck.

Me encanta Stanwyck como actríz. En Double Indemnity (1944) –creo que se llama “Perdición” en castellano, de Billy Wilder, ella está sensacional. Además, a fuerza de su gran interpretación en esta película, Stanwyck le ayuda a Fred MacMurray a dar la que probablemente es la mejor actuación de su carrera.

(Barbara Stanwyck en “Sorry, Wrong Number”)

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FABIÁN:

Dear V: mirá, miré el partido con Racing extremadamente nervioso. Grité el gol como loco y me entusiasmé cuando casi lo ganamos en una de las últimas jugadas. No tengo ánimos golpistas, pero no me gusta el dt y no puedo ocultarlo. No me gusta lo que el tipo hace, dice y representa. Y creo que es muy probable que el equipo zafe de la promoción. Pensaba lo mismo cuando lo dirigía Madelón, que lo iba a sacar de la promoción. A mí me dolió que Madelón decidiera bajar a Nereo Champagne y pusiera a Migliore cuando el primero realmente no había perdido el puesto en la cancha. ¿Entonces por qué lo hizo? Uno no está en la interna del plantel y realmente es difícil saber cosas que pueden haber hecho que Madelón se decidiera por uno y no por otro. Pero, Viggo, yo sentí ahí que el DT perdía piso, que a él le iba a terminar sucediendo lo mismo que le hizo a Champagne, que lo iban a correr motorizados por el miedo. A mí la vida íntima de Lombardi me importa tres pepinos, pero sí opino sobre sus apariciones públicas justo porque soy un hincha fanático del CASLA, de ese tipo de hincha más idiota que existe, el que no tiene más interés que ver a su equipo jugando con coraje y al ataque, como lo manda su tradición. La verdad, no me importa irme a la B si me voy, como decía Hemingway, con elegancia en el sufrimiento y, como decían los viejos legionarios romanos, “firmes y dignos”. Yo no me hice de San Lorenzo porque salía campeón, me hice porque eran los colores del barrio donde nací y porque mi viejo (un tipo que me marcó profundamente) me llevaba  a la cancha y me transmitía la pasión azulgrana.

Este sábado vi por la tele “Volver al futuro”, una película genial que me hizo llorrar. ¿Por qué estaba llorando? Porque en la película el personaje que interpreta Michel Fox viaja al pasado por accidente y se inmiscuye en la vida íntima de sus padres cuando todavía no se conocían. El misterio de los padres es algo imposible de develar. Sólo conocemos la fábula que ellos nos cuentan y la experiencia de nuestra convivencia con ellos, pero cómo eran antes de nosotros, que anhelos tenían y que cosas lograron cumplir es difícil de descubrir. Esta película habla de la vida secreta de nuestros viejos y eso me mató. Encima, cuando la peli está terminando, el científico loco lo llama a Michael Fox y le dice que se va al futuro, Fox le pregunta ¿cuánto tiempo hacia adelante? Treinta años le dice el Doc. Entonces búsqueme, voy a tener cuarenta y siete años, le dice Fox. Eso me mató. Era la edad que yo estaba cumpliendo ese sábado mientras veía la película. Gastón Olmos, un gran amigo ilustrador y baterista de la banda platense 107 faunos me regaló un retrato de Jorge Rinaldi vestido con la ropa CASLA del Ciclón del Bambino recién ascendido. un cuadro hermoso. Un jugador descomunal la Chancha, algo que no se volvió a ver. Bueno Viggo, ojalá nos veamos pronto. si podés y los tiempos te dan, llamame al celular y la seguimos en privado. Gran abrazo!

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VIGGO:

Bueno, tenés toda la razón en lo de Madelón, me parece. No me gustó el pánico de esa partida. Aunque los blogs y gran cantidad de la hinchada lo quería echar, me parece que el club tendría que saber aguantado y pedido que Madelón se quedara. Podría haber seguido y creo como vos que hubiéramos zafado de la Promoción con él. Capaz que aflojo y me pongo demasiado manso con la llegada de Lombardi. No tengo ningún problema en decir las cosas como son desde mi punto de vista con respecto a la conducta de nuestros técnicos. A pesar de todo el fervor por Ramón Díaz, por ejemplo, yo no quise verlo de nuevo como técnico de San Lorenzo. Como dije entonces, se va a portar mal y se va a ir mal como lo hizo la primera vez. Y es lo que hizo. No me gusta nada la prepotencia y la falta de humildad que demostró cuando era nuestro técnico. Si Lombardi hace lo mismo voy a ser el primero en criticarlo. Me hubiera gustado que se quedará Madelón, pero estoy tratando de confiar en lo que puede hacer el equipo con (o sin) este técnico nuevo. La verdad es que me cuesta un poco entusiasmarme con él, pero no sé que otra cosa puedo hacer. Sé que vos también vas a hinchar como el cuervo que naciste y siempre vas a ser, pase lo que pase, y que hablás con el corazón.

Son hermosas las cosas que venís diciendo de San Lorenzo y de tu padre. Sabés quien sos, y eso es lo más importante y lindo a lo que uno puede aspirar. Si no sabemos quiénes somos, no servimos para nada ni a nadie.

Recién leí la primera autobiografía de Leonard Nimoy, el que encarnó el personaje icónico de la serie Star Trek, el famoso ‘Dr. Spock’. El libro se llama “I Am Not Spock” (1977). En él Nimoy cuenta que le costó aceptar la fama del personaje, que la gente lo identificaba tanto con ‘Spock’. Hace unos diez años leí en un diario su confesión que a veces sufriá mucho con esa crisis de identidad mientras rodaba la serie en los ’60, y que se hizo alcohólico a causa de eso. Después escribió otra autobiografía, una continuación, llamada “I Am Spock” (1995). Esa no la leí, pero parece que en ese libro dijo que finalmente había aceptado la metamorfosis, que él y ‘Spock’ se habían unido para siempre. Parece que está contentísimo conviviendo con su alter ego teatral. Lo cierto es que no nació sabiendo que iba a ser ‘Spock/Nimoy’. Solamente sabía que se llamaba Leonard Simon Nimoy, un pibe nacido en Boston en 1931 de Max y Dora, padres ucraniános que eran judíos ortodoxos y hablaban en Yiddish. Vos y yo nacimos en sitios diferentes, y somos cuervos por razones algo diferentes. Mi papá no es hincha del ciclón, aunque simpatiza con mi amor por San Lorenzo. Pero al final no importa como ocurrió, los dos sabemos desde nuestra infancia que el CASLA es nuestro y que nosotros somos del CASLA. Lo tenemos asumido, como Nimoy finalmente pudo hacerlo con su ‘Spock’, pero desde el principio y sin la menor duda.

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FABIÁN:

Increíble la historia del Señor Spock, Viggo. A veces la ficción construye a  la realidad. Y no al revés. En verdad nuestra vida, nuestros destinos, son sólo versiones que quedan en los ojos y en el espíritu de nuestros seres queridos, de las personas con quienes nos cruzamos, de la gente a la que amamos o con la que nos peleamos. Mirá, desde hace varios meses vengo escuchando música en el auto, cuando voy al trabajo. Y un disco que me gusta por su simpleza es el de Vicentico, un cantante argentino que se llama Gabriel Fernández Capello y que es hincha del CASLA. Este disco, tiene, entre sus temas, un cover genial de Franco Simone. El tema se llama “Paisaje” porque en un momento unos versos dicen algo así como: “Tu, no podrás faltarme cuando falte todo a mi alrededor/ tu, aire que respiro en aquel paisaje donde vivo yo”. Es una de esas canciones populares que uno repite y canta en la ducha, en la calle y en cualquier lado, una canción sin pretensiones pero inmensa en su humildad. Bueno, este tema tiene un verso maravilloso que dice : “jamás la lógica del mundo nos ha dividido”. Y con eso me quiero quedar. Qué hermosos versos. Sea quien sea el que dirija al CASLA, uno es hincha del club y no de los técnicos ocasionales. Uno es cuervo, nazca donde nazca y esté dónde esté. Jamás la lógica del mundo nos va a dividir. Gran abrazo y abrazo también al cuervo de tu hijo a quien espero conocer acá!

(Vicentico)

“Paisaje”:

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VIGGO:

Querido Fabián,

Podemos ponerle el punto final a esta charla gritando una muy merecida victoria de San Lorenzo. Le ganamos a Godoy Cruz 3 a 0, y a Gigliotti le salió otro partido lindo. Menos mal. Lástima que Ortigoza falló el penal, pero como no nos costó  el partido no importa. Ya empezará otra buena racha para él. Nos alejamos del fondo de la zona de la Promoción, pero obviamente hay que ganar todos los partidos de los 9 que nos quedan para zafar. Jugaron como un equipo, peleándola todo el rato, y la suerte también los acompañó. Felicidades a Lombardi y al Ciclón. Así nomás. Ganar otra vez en la cancha de los bosteros tampoco estuvo mal. Como canta nuestra hinchada:

“… los capos de la Boca, son los Gauchos de Boedo…”

​ 

(Gigliotti marca en la Bombonera)

Otra cosa: sé que nuestra obsesión como cuervos ahora es el promedio, evitar la Promoción, la Promoción, la Promoción…

Creo que en realidad no hay que pensar en la Promoción — ni en la palabra ni en lo sue representa.  Hay que pensar en ganar el campeonato. Eso todavía es posible. Un partido a la vez, así nomás se ganan los campeonatos — o al menos así se pelean. No hay que dejarse llevar por lo que escriben en los medios ni en lo que nos tiran a la cara las otras hinchadas. Claro que me preocupan la Promoción y el fantasma del Descenso, pero no me dan miedo. Mejor pensar solamente en los partidos, uno a la vez. La idea es ganar todos los que nos quedan por jugar, porque ninguno se ha empatado o perdido todavía. No tiene sentido rendirse antes de jugarlos. Eso, nada más. Adelante San Lorenzo.