Por una pizza

Viggo Mortensen y Fabián Casas

23-25/5/2013

VIGGO:

Hola Cuervo,

Llegué anoche a Buenos Aires. Como siempre trato de hacer, por cábala, pasé por Av. La Plata, escupí enfrente del C——-r, y seguí el viaje desde Ezeiza al centro.

Con el cambio de horario dormí poco y me desperté temprano. Estoy viendo y escuchando a Diego Placente, que está muy emocionado, en una retransmisión del programa de anoche de “90 minutos de fútbol”. Lo que dice de Caruso Lombardi y de la directiva de Argentinos Juniors es penoso. La situación actual de ese equipo es triste. El Mini-Mou, por mucho que sepa de organizar un tipo de fútbol cauteloso y oportunista — que a algunos equipos les funciona y a algunos aficionados les gusta — sigue utilizando los medios de difusión para llevar adelante su comportamiento tiránico y arbitrario con los jugadores, y la directiva del Bicho no parece saber o querer frenarlo.

Como pasó con la directiva del CASLA durante la presidencia de Abdo, se le ha dado demasiada rienda suelta a este D.T. controvertido en Argentinos Juniors. No fue hasta que llegaron Lammens y Tinelli que lograron callarlo en San Lorenzo, al menos en su etapa final como técnico del Ciclón, para que no continuara diciendo boludeces a los medios y perjudicando al club. Tipos como Mini-Mou y el Mou original, que por fin acaba de ser despedido del Real Madrid, van de mal en peor en su comportamiento público y su manejo de jugadores cuando no hay un presidente que da la cara desde el vamos y pone reglas de comportamiento muy claras. Si no ocurre eso, estos señores impresentables destrozan planteles y manchan las reputaciones de los clubes. Queman todo lo que pueden de manera maniática y descontrolada, y después se van muy mal del club. Ramón Díaz tiene algo de eso en su historial también, al menos con San Lorenzo. Por mal que hayan jugado Placente y sus compañeros últimamente, un D.T. no debe salir a decir las barbaridades que ha dicho de este jugador en público Mini-Mou. Ha dejado desprotegido y desequilibrado a su equipo, igual que lo ocurrido en el Real Madrid. El “cagón”, como Mini lo tachó a Placente, no es el defensor veterano, sino Caruso Lombardi mismo, como lo ha demostrado tantas veces en su carrera de técnico. Los cagones en el Real Madrid durante los últimos tres años, no han sido ni Casillas ni Ramos ni Özil ni Higuaín ni Pepe ni nadie más que José Mourinho. El buen D.T., maestro o padre ayuda a los suyos a crecer, y se dedica a solucionar problemas. Se hace cargo de lo bueno y lo malo, y toma responsabilidad por los resultados. Los que tiran bombas y buscan hacer daño a sus jugadores, alumnos o hijos, a largo plazo no sirven para nada más que la creación y fomento del dolor ajeno.

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FABIÁN:

Hola Cuervo: ¡qué bueno que estés en casa de nuevo! Justo estuve pensando en vos cuando vi por la tv que habían despedido a Mou del Real. Y también mirando la nueva debacle de Chamuyo Lombardi. Es una pena que Argentinos Juniors esté en caída libre y que encima sea Chamuyo el que los dirija. Sabés que lo que hace Lombardi me hace acordar a un amigo de mi viejo de Boedo que trabajaba en una funeraria y se acercaba a las salas de terapia intensiva de los hospitales para mezclarse con la gente que, por desgracia, estaba por perder a sus seres queridos. El tipo les decía que él también tenía un pariente en terapia y, como al pasar, les recomendaba una funeraria que conocía. Era un buitre, ¿no? Caruso Lombardi hace un poco eso, cuando un equipo se está por ir a la B, se acerca (aunque haya otro técnico trabajando) y les empieza a recomendar una funeraria que, por supuesto, maneja él.

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VIGGO:

¡Qué imagen la del buitre de Boedo! Hablando de buitres, cuando estaba pasando por el aeropuerto de Barajas en Madrid para agarrar el vuelo a Ezeiza, lo vi a Emilio Butragueño, una leyenda del Real Madrid de los años ’80 y ’90 y de la selección española. Fue un delantero muy inteligente y peligroso, con regate excepcional y gran visión en la cancha. Hizo con el goleador Hugo Sánchez una de las mejores duplas ofensivas del mundo, y sus asistencias fueron claves para que el mexicano llegara a ser uno de los máximos goleadores en la liga española. A esa generación de jugadores Merengues se la llamaba “La Quinta del Buitre”, en reconocimiento al liderazgo de Butragueño. El Buitre recién había pasado por la zona de control de seguridad del aeropuerto, y estaba parado contra la pared medio hablando por teléfono y medio saludando a los viajeros que lo reconocían. Lo saludé discretamente, diciéndole: “Por favor no vayas a Boedo a pescar jugadores.” No sé si me entendió, o si me oyó bien, pero sonrió amablemente y siguió hablando por teléfono. No lo vi en el avión, así que habrá volado a otra parte del mundo.

(El Buitre)

Otra cosa rara que pasó en ese aeropuerto fue que vi, justo antes de subir al avión de la compañía Iberia, que su nombre era “Zuloaga”. Como el nombre del mapuche rebelde de nuestra película. Bueno, el de tu guión se escribe “Zuluaga”, castellanizando al apellido vasco como muchas veces ocurría con los inmigrantes que llegaban a la Argentina. Pero me impresionó ver ese nombre ahí, en el avión que me iba a llevar de vuelta a tierras del temido cacique de nuestro cuento. Paré para hacer una foto ahí en la rampa, y me pregunté si era un mal o buen augurio ver ese nombre antes de embarcar. Decidí que era una coincidencia providencial, y subí al Airbus 340.

Creo que le habrán puesto ese nombre a la nave en homenaje al pintor vasco Ignacio Zuloaga Zabaleta.

(autorretrato de Ignacio Zuloaga)

Volviendo a la cuestión de los técnicos de fútbol, hay hinchas que me han dicho que entrenadores como Mourinho, Mini-Mou y otros que so portan como perros rabiosos y tratan mal a la gente, tienen su forma de ser y hay que repetar eso, especialmente cuando ganan. No estoy de acuerdo. Mirá lo bien que se portan personas como el Tata Martino y Miguel Ángel Brindisi. Ellos están consiguiendo buenos resultados sin molestar a nadie ni manchar a sus clubes.  La situación que heredó Brindisi en Independiente era jodidísima, y está dando el ejemplo de un caballero mientras poco a poco salva a ese Grande del fútbol argentino de la zona del descenso. No hace falta patalear y ser maleducado para triunfar. Te digo con total sinceridad que si yo estuviera en la posición para tomar una decisión sobre una oferta de Mourinho para venir a ser el D.T. del CASLA sin cobrar un peso, lo rechazaría sin dudarlo un solo segundo. No vale la pena. Hay que tener en cuenta la tradición de un club importante, hay que tener códigos que estén a la altura de lo mejor de su historia.

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FABIÁN:

V: justo anoche vi el partido de Boca y Newell’s que me maravilló. El equipo de Martino sabe a lo que juega, “tiene método”, y Boca, tal vez siendo menos en tanto a juego, se le plantó de igual a igual. Por la forma en que jugaban ambos equipos, tuve la sensación de que era un partido premium, no como los que solemos ver en nuestro fútbol. De a poco, Bianchi va encontrando el equipo y Martino ya lo tiene. Yo creo que Boca — por una cuestión épica y porque tiene a Riquelme — va a pasar de serie. Pero Newell’s es un equipo formidable. No me gustó la expulsión del defensor de Boca sobre el final, por manosearse con el rival en un córner. Si cada vez que te peleás con tu pareja te sacan la roja, ya estaríamos todos separados. ¿No te parece?

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VIGGO:

Yo también pude ver ese partido. Buen ambiente. Si querés apostamos otra botella de Zubrowka, ese vodka polaco que probamos en la Patagonia hace poco. Yo creo que Newell’s, aunque no fluyó y dominó como viene haciéndolo los últimos dos meses, va a ganarle a Boca el domingo en el Torneo Final, y también el miércoles que viene para avanzar en la Copa Libertadores. Es verdad que Boca ha mejorado un poco últimamente, pero no sé si van a poder con la Lepra si el Tata vuelve a tenerlos jugando como una máquina tipo HuracándeCappa (debería ser una sola palabra ese término). Puede que tengas razón en lo de la mística que los Bosteros tienen con respecto a partidos de Copa, especialmente con Bianchi al mando, pero estoy dispuesto a apostar por el buen fútbol que Newell’s lleva rato jugando.

Creo que el referí Mauro Vigliano estaba nervioso. Es verdad que se equivocó un par de veces. Quizás no mucho más de lo normal en un partido tan importante y mediático, pero lo de la tarjeta a Burdisso por un supuesto forcejeo exagerado en el área sí que fue un papelón. Vi que ese árbitro fue entrevistado justo antes del encuentro, por lo que los comentaristas de ese canal lo felicitaron (por haberse puesto a disposición de la prensa), pero creo que eso no le ayudó nada a enfocarse y tranquilizarse para la tarea que tenía anoche. Me imagino que para dirigir bien un partido uno tiene que ser un poco samurai, tener la cabeza bien puesta y la sangre bastante fría. Imaginate si el Pipi Romagnoli diera una entrevista en vivo pocos minutos antes de salir a la cancha para jugar un clásico…  imposible eso porque implicaría una lamentable falta de profesionalidad y sentido común. Bueno, si querés apostamos una pizza de la San Antonio en Boedo por el partido del domingo, y la Zubrowka por el partido de vuelta el miércoles. Para divertirnos un poco nomás. No es que me importen mucho esos partidos, la verdad. Las fechas que importan en los próximos días en este país son hoy el 25 de Mayo y el partido de San Lorenzo contra Unión el lunes que viene. Lástima que estaremos rodando en Río Gallegos el lunes, pero seguro que encontraremos una televisión. NO, ¡ESPERÁ! Voy a cambiar la apuesta. Que gane Boca el domingo porque nos conviene a nosotros para poder seguir trepando en la tabla. Te apuesto la pizza y la vodka por la vuelta de la Libertadores el miércoles. Ahí digo que gana Newell’s. ¿Qué decís?

(esquina Juan de Garay y Boedo)

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FABIÁN:

Dale, vamos con la apuesta. El vodka ese es genial, fue el combustible que me propulsó a terminar el ensayo sobre Tolstoi. Y la San Antonio hace la mejor pizza de Boedo. ¿Sabías que la gente cuando iba al Viejo Gasómetro caminando, paraba en la San Antonio para comer una porción de pizza? Tal vez esos tiempos vuelvan. ¡Ojalá!