El carnaval de las almas

FABIÁN CASAS Y VIGGO MORTENSEN

3/1/2012

FABIÁN:

Querido Viggo:

Acabamos de salir de un fin de semana largo y mi casa estuvo rodeada por el ruido del carnaval que se hacía en la avenida Independencia. Me resultaba insoportable la percusión de las murgas. Guadalupe, mi mujer, me decía que cuando ella era chica le gustaba festejar el carnaval, que se disfrazaba y jugaba con el agua. Yo me acuerdo que tuve una relación ambivalente con el carnaval. Por un lado, me encantaba salir con mis hermanos y mis padres a ver pasar el corso, las murgas, por la avenida Boedo (yo vivía en Boedo y Estados Unidos y ahora pienso que el cruce de estas calles puede haber prefigurado nuestra amistad, en todo caso el doctor Jung estaría de acuerdo y el doctor Freud se reiría de esto). Me encantaba ver a los Cometas de Boedo y mi mamá me había hecho un traje réplica de esta murga pero en escala para un chico de diez años.

(LOS COMETAS DE BOEDO, DESDE 1959)

Por otra parte yo tenía una tía que se llamaba Cristina y era una hermana menor de mi madre. Cristina era lo que se dice una bomba en términos eróticos: una mezcla de watusi y catwoman en un cuerpo de 24 años y desde ya, con su presencia en casa de mis padres, activó y adelantó mi pubertad. Pero yo recuerdo una noche de carnaval en Boedo, con los papeles de colores en el piso, el olor del agua perfumada y de la nieve que los varones les tirábamos a las mujeres y recuerdo que mi tía Cristina me había sacado a ver el corso y que, como era hermosísima fue rápidamente atacada por una manada de adolescentes que le rociaron la cabeza con nieve y le pegaban con unos palos de plástico similares a los de los policías que en esa época estaban muy de moda en el carnaval. Por suerte, ahora no los veo en el corso a esos juguetes rabiosos y misóginos. Pero como te contaba, la atacaron a mi tía y yo salí a defenderla pegándoles patadas a esos chicos hasta que intervino un policía que solía estar en la esquina de Estados Unidos, cuidando la cuadra (luego estos policías iban a salir de stock asesinados por la guerrilla urbana y, por ende, sacados de las esquinas que custodiaban y dónde eran un flanco débil). Me pregunto qué tipo de relación tuviste vos con el carnaval. ¿Llegaste a vivir un carnaval porteño?

(Carnaval de Boedo)

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VIGGO:

Hola Cuervo,

Los recuerdo, pero la verdad es que nuestra familia (siendo mi padre de Dinamarca y mi madre del nordeste de los Estados Unidos) no se metía mucho en los carnavales. Me disfrazaba para celebrarlos, como lo hacían mis compañeros en el colegio. Mis dos hermanos también se disfrazaban. Pero nosotros siempre nos disfrazábamos, no solamente para los días de carnaval. De gauchos, de vaqueros, de soldados, de Tobas y guerreros de otras tribus, de Lakotas, de Comanches, de Superman, Batman, Robin, de vikingos y – claro – de jugadores de San Lorenzo. Nos divertíamos mucho, pero no íbamos a las fiestas carnavaleras.

(el gran Quanah Parker de los Comanches)

¿Está viva tu tía Cristina? ¿Qué relación tuviste con ella años después, como adulto? Parece que es una mujer especial, y que te quería mucho. La imagen que pintás de los pibes adolescentes persiguiéndola a tu guapa tía Cristina me recordó un poco el personaje de Elizabeth Taylor en la película De repente, en el verano de Joseph Mankiewicz, basada en una obra de Tennesee Williams que adaptó para el cine Gore Vidal. Es una película muy loca sobre problemas psicosexuales y mentiras de todo tipo. El primo homosexual del personaje de Taylor (‘Catherine Holly’) la usa de cebo para atraer a chicos que a él le gustan. Perdoname si te ofendo comparándola a Cristina con ese personaje de Taylor. Claro que ese melodrama no tiene nada que ver con tu tía, pero mirá estas fotos de la Liz haciendo de ‘Cathy’ en esa película:

Volviendo a los carnavales: en España, donde estoy ahora, se celebran a lo grande en muchos sitios. El dentista al que voy acá en Madrid es un hombre ingenioso. Él y su mujer hacen un gran esfuerzo todos los años para armar los trajes, hacer el maquillaje. Todo un laburo artesano. Este año ganaron un premio importante, creo que en una fiesta vinculada a la embajada italiana, por hacer de la “Familia Addams”.

(la familia Addams)

Yo estuve con él en su clínica hace un par de semanas. Normalmente odio ir al dentista porque ahí me siento muy, muy mortal. ¿Te acordás en El Quijote cuando el hidalgo mira una muela suya que había caído al suelo y habla de la muerte? No recuerdo exactamente lo que dice el viejo caballero. Como tantas frases y descripciones en ese gran libro, el comentario sobre los dientes es una mezcla de lo serio y lo gracioso, una verdad profunda. Lo que digo es que por alguna razón los dientes siempre los he tenido sensibles. Supuestamente dijo Buddha que “el dolor es inevitable, pero el sufrimiento es opcional.” Estoy de acuerdo con esa idea, y la verdad es que durante medio siglo he aguantado cantidad de huesos rotos, cortes, desgarros, y quemaduras sin quejarme mucho. Sin embargo, por alguna razón los golpes a los dientes y las intervenciones de los dentistas me arriman o un vacío existencial. Todo me parece inútil y siento muy cerca mi decadencia física, ese proceso que, por mucho que normalmente lo ignore, sigue avanzando inexorablemente.  Suelo pensar que los dentistas, por muy delicados que anden con sus herramientas, están jugando con mi esqueleto, picoteándolo, moliéndolo. Pero este dentista, Ángel, trata muy suavemente a sus pacientes y nos tiene entretenidos (distraídos) con sus relatos. Mientras que Ángel me estaba arreglando una muela jodida, me preguntó cómo se hace en el cine y el teatro para tapar los bigotes y las barbas. Él tenía que hacer del pelado, el ‘Tío Lucas’ (en España me parece que se llama ‘Tío Fétido’), y no quería afeitarse el lindo bigote que tiene. Le pregunté porque no hacía de ‘Gómez Addams’ (en Argentina se llama ‘Homero Addams’, ¿no?), el paterfamilias de los Addams que tiene bigote y al que además se parece bastante el dentista. Me dijo que ese papel ya lo hacía otro miembro de su familia. Entonces sugerí que intentara taparlo con cera y después maquillarlo con un color parecido al de la piel de su cara. Creo que al final taparon el bigote con una mezcla de azúcar quemado y otro material. Dijo que le dolió un poco ese proceso casero, pero parece que el “look” le salió muy bien.

Ángel es un hombre muy culto y un dentista excelente. Creo que los que trabajan con él s ponen un poco nerviosos cada vez que voy a la clínica porque nos quedamos horas hablando de historia, antropología, descubrimientos médicos, el teatro, libros, música, la evolución de la agricultura, de cualquier cosa. La última vez que estuve ahí se armó un lío porque había pacientes esperando mientras el dentista, aparte de preguntar sobre los requisitos de maquillaje para la familia Addams, me contaba la historia de la anestesia con detalles horribles sobre heridas de guerra y de accidentes espantosos mientras intentaba arreglarme la muela. Hablaba de todo tipo de amputaciones terribles que se hacían antes del descubrimiento de la anestesia, cosas muy salvajes y penosas. Me tuvo que inyectar dos veces para el dolor en la muela que me estaba arreglando porque se pasó un buen rato hablando de carnicerías medievales entre moros y cristianos.

(algunos dentistas dan miedo)

Ángel es un gran amante de la vida y de la sabiduría en general. Según me ha contado, fue un niño piola y bastante travieso que se crió en los áridos campos de Castilla. Terminó siendo un dentista muy respetado en la capital, pero sigue con la curiosidad y la energía vital de ese niño precoz. Luego te cuento más de lo que he aprendido con este hombre extraordinario y tan optimista.

Otra cosa que me viene en mente si hablamos de la palabra “carnaval” es la clásica película de terror de 1962, El carnaval de las almas, dirigida por Herk Harvey. ¿La conocés? Es tremenda. Se hizo con 33. 000 dólares, pero no es una peli de la “B”. Es una obra especial, una joya del cine independiente, película de culto. La solía ver todos los años durante el de”Halloween” (31 de octubre) cuando vivía en EE. UU.

Tiene una música de órgano muy rara, y el cuento te transporta totalmente a una zona mental muy original, creando un ambiente alucinante sin el uso de efectos especiales. Creo que esta película le gusta mucho a David Lynch. Se basa en un cuento de Lucille Fletcher llamado “The Hitchhiker” (“El autoestopista”). Aparte de ser la fuente de la película El carnaval de las almas, este cuento fue adaptado por el joven Orson Welles para su programa de radio durante la época en que rodó Citizen Kane, y también lo adaptaron para un episodio buenísimo de la serie de televisión de los ’60 The Twilight Zone (Dimensión desconocida). En realidad lo que hicieron para The Twilight Zone es más fiel al cuento de Fletcher, donde una mujer que viaja en auto es atormentada contínuamente por un tipo que hace dedo.

(The Twilight Zone- “The Hitchhiker”)

Pero la película El carnaval de las almas me encanta porque es tan rara. En la peli la mujer es perseguida por fantasmas de dos pasajeras que caen con ella y su auto en un río. La mujer se escapa del accidente y se muda a un pueblo nuevo para olvidar la tragedia. Consigue trabajar como organista en una iglesia, pero no puede escaparse de los fantasmas. Hay momentos en los que nadie parece verla ni oírla, como si ella también se hubiera hecho un fantasma. Lo más interesante de la película es como el mundo de los vivos y el de los muertos conviven y se mezclan.

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FABIÁN:

Me intriga mucho la película que me recomendás. Sin dudas lograr determinados climas sin el uso de los efectos especiales es un poco lo que decía Adorno en relación a los usos abusivos por parte de los escritores de los signos de exclamación. Él decía que el texto de por sí debía ser intenso sin necesidad de que la puntuación resaltara lo que no se lograba desde la pericia de la escritura. El nombre del cuento en que se inspira la película – “El autoestopista” – también me parece genial. Voy a  tratar de dar con todo eso y verlo. Esta semana vi Los descendientes, una película que me gustó mucho, no sé si la viste. Me gustó esa idea que también campea en otra película muy lograda que se llama Little Miss Sunshine y que, al igual que Los descendientes, trata sobre las familias y su esencia. Yo diría que toda familia es disfuncional. Acá podemos meterle dedo al comienzo famoso de Tolstoi en Anna Karenina: “Todas las familias felices se parecen, las familias infelices lo son cada una a su manera”.

Yo diría que todas las familias son enfermas en gran parte y que la aceptación de esto es lo que hace que nuestros vínculos familiares sean más intensos, más reales. Lo que quiere decir es que o peleamos contras molinos de viento, como el Quijote, o peleamos y nos amigamos contra nuestros seres reales y queridos. Cuando el personaje de Clooney se acerca a la mujer en coma y le dice, besándola: “adiós mi amor, mi dolor, mi compañera”, es evidente que el paquete que él compró, a pesar de las grandes insatisfacciones que le dio (Clooney se entera por sus hijas que la mujer lo engañaba con un tipo), es el que él quería.

(Clooney en Los descendientes)

Por otro lado, hace muchos años que no veo a mi tía Cristina, formaba parte de mi familia nuclear que se desbandó cuando murió mi madre. Sé que se casó, tuvo muchos hijos y que vive en la provincia. Ojalá esté bien. Eso que decís de la incidencia de los muertos entre los vivos me recuerda a lo que me pasó cuando murió Luis Alberto Spinetta. No sé si lo escuchaste, Viggo, pero era un músico genial que me conectó desde muy chico, gracias a su gran sensibilidad, con una nueva manera de ser argentino: ser Spinettiano. Desde que vamos al colegio nuestros mayores nos glosan sobre lo que tenemos que ser. Bueno, el descubrimiento de Spinetta, sus letras, sus melodías geniales y su manera de vestir para mí siempre fue muy inspiradora, tanto que yo creo que él logró introducir en la mónada argenta una nueva provincia del ser. Y la noche que murió Spinetta yo estaba durmiendo y en sueños el viento golpeaba fuerte las ventanas de casa y soné que mi mujer me decía “Cerrá las ventanas que se viene la tormenta” y yo la tranquilizaba, le decía: “Es Spinetta, es Spinetta”.

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VIGGO:

Querido Fabián,

Hermoso lo del viento soñado que golpea las ventanas, hermano cuervo, que llegue la presencia de un poeta de esa manera. Sí, conozco la música de Spinetta. Justo arrancaba su exitosa primera etapa con Almendra cuando mis hermanos y yo nos fuimos de Buenos Aires con nuestra mamá, pero recuerdo mis primeros encuentros con esa voz, esa poesía, ese coraje, esa desnudez. Años después me fui enterando de lo que había hecho y significado el Flaco en Argentina mientras yo pasaba por mi adolescencia a miles y miles de kilómetros del país de mi crianza. Una gran pérdida no tenerlo con nosotros para que pudiera crear nuevas bellezas. Como bien decís, él marcó un antes y un después en la música y en la cultura argentina. Aunque todo el mundo la conoce, pongo acá un link para su tierna canción “Muchacha (ojos de papel)”, cantada por el Flaco y sus compañeros de Almendra, con comentarios sobre como la hicieron y lo que podría expresar:

y un pedacito más de esa canción:

y un poco de Almendra ensayando en 1970:

y, para terminar, una perla más – “Barro tal vez” – con lindas fotos del poeta:

Se fue el cuerpo pero siguen con nosotros sus palabras, su voz y la inspiración que despiertan en nosotros.

(El Flaco)

No sé si viste el amistoso entre Suiza y Argentina. Messi venía de otro planeta. Es un guerrero total, un pingo criollo que no afloja nunca. Su juego fue ingenioso, generoso, inmaculado. Metió unos golázos impresionantes. El primero, fruto de una linda pared con el Kun Agüero, mostró el tremendo control físico y la serenidad mental que tiene la Pulga en los momentos críticos. Ojalá que el Kun y otros compañeros de la selección sigan así de cooperativos con Messi. Es lo que faltó en la Copa América el año pasado. A ver si empiezan a callarse algunos de los que suelen decir que sin Iniesta y otros compañeros del Barcelona Messi no vale. Acá pongo un link de esos goles en Suiza:

¿Y el equipo de nuestros amores? Ahora hay ritmo y esperanza. El buen ejemplo de Madelón parece que está ayudando a renovar la confianza y la esperanza. Le ganamos a Argentinos, y ahora viene el gran clásico intrafamiliar. ¿Vas a la cancha?:

4/3/2012:

Bienvenido a casa, hijo mío.

¿Jugamos un ratito?

…Y EL 8 DE MARZO LOS CUERVOS CELEBRARÁN UN GRAN PASO ADELANTE:

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FABIÁN:

Dear V:

Qué bueno lo que me contás sobre Spinetta. Hoy fue el primer día de jardín de infantes de Anita, mi hija. Y tuvimos que ir con la madre para su adaptación. La cosa es que los maestros se presentaron y hablaron a un círculo de gente que armábamos los padres, una cosa bastante informal y que me pareció distendida y genial. Estábamos los padres y los hijos y los maestros decidieron dedicarle este año a la música y nos repartieron una canción hermosa de Spinetta para iniciar el ciclo lectivo. La canción se llama “Seguir viviendo sin tu amor” y está en el disco Pelusón of milk. Fue hermoso, la cantamos todos y a muchos se les llenaron los ojos de lágrimas. Como decía Spinetta en otra canción emblématica suya: “Aunque me fuercen yo nunca voy a decir, que todo el tiempo por pasado fue mejor, mañana es mejor”. Es mejor porque cuando yo me inicié en el colegio lo que cantábamos era el Himno, algo que no puedo dejar de relacionar con gente marchando y gente muriendo. Escuché  el himno cuando derrocaron los militares a Isabel Perón y los escuché en la radio cuando mandaron a muchos chicos a morir en Malvinas. Puede ser un slogan pero no deja de parecerme revelador: cada vez que el Estado se decide a matar se hace llamar patria. Por otro lado estuve, como te conté, viendo el partido contra Argentinos Juniors en una casita en medio de un bosque, en la playa, junto a mi amigo Lisandro Alonso. Me pareció que el Casla se paró mejor, y que pudo ganar por más goles. No estuvo afilado Bueno pero eso también es propio de los goleadores.

(Argentinos 0 – San Lorenzo 1)

Ahora viene Boca, un equipo difícil, matemático, antilírico (aunque juegue Riquelme) al que hay que sortear jugando como tienen que hacerlo la historia del  ciclón: al ataque, sin especular, siendo protagonista. Los primeros quince minutos, en este tipo de situación, van a ser clave. Igual, sea como sea el resultado: mañana es mejor.

Abrazo cuervo.