El origen de los mitos

Viggo Mortensen y Fabián Casas

(14-18/3/2014)

VIGGO:

Cuervo, estoy en otro aeropuerto, esta vez el La Guardia de Nueva York. Estoy en la sala de espera, mirando el perfil icónico del centro de Manhattan, mi ciudad natal. Cielo despejado, unos 5 grados. Voy a volar a Dallas, y después a Tucson, Arizona, para visitar a un viejo amigo, Michael Blake, el escritor de Bailando con lobos. Hablo bastante con él por teléfono, pero hace mucho tiempo que no lo veo. Ha tenido problemas de salud, y no se acuerda de los nombres de todas las cosas, pero sabe lo que son y sigue riéndose de ellas. Mi hijo Henry va desde Los Ángeles, y nos juntaremos en Tucson con Michael durante un par de días. Él es el padrino de Henry. Después vuelvo a Europa. Anoche estuve en el Instituto Cervantes de Nueva York para hacer una presentación especial de la peli “Todos tenemos un plan” con la directora Ana Piterbarg. Lo pasamos bien. Ella trajo su trapo de Boca Juniors, pero como estuvo también el embajador argentino, que es reCuervo, la pudimos bancar a la Bostera. Todo bien. Y antes estuve en Toronto para presentarle un premio a Cronenberg. Una gira rara por Norteamérica es lo que estoy haciendo, para ver amigos mientras puedo. Como si estuviera a punto de llegar un gran diluvio. Esta mañana, antes de irme al aeropuerto, pasé por el MOMA (Museum of Modern Art), y miré la exposición de Gauguin. Incluye un cuadro que me gusta mucho, llamado “El caballo blanco”, prestado del Museo d’Orsay de Paris. El cuadro tiene tres caballos en realidad -uno blanco, uno zaino y uno bayo- y dos jinetes desnudos. El juego de perspectiva de este cuadro es lindo, y los colores son impresionantes. Parece que lo encargó el dueño de una farmacia en Tahití, pero cuando vio lo que había pintado Gauguin, no le gustó nada. Dijo que el caballo blanco, reflejando los colores de la selva, era demasiado verde. Se negó a aceptar el cuadro. Esta cosa del trabajo encargado, sea un cuadro, una película, un poema -cualquier cosa que conlleve la presión de la expectativa que pueda tener el cliente- es un negocio impredecible. Mejor hacer lo que uno quiere, y si a alguien le gusta después, perfecto. Y si no, no hay rencor, ya fue y cada uno sigue su rumbo por la vida.

(“El caballo blanco”, 1898)

Hablando de las expectativas, la peli de Ana, ya pasado el momento de su estreno hace año y medio, ahora es aceptada generalmente como una obra interesante, sin los prejuicios de antes. Para mí que es una opera prima muy original, un cuento bien contado. Como es el caso con todas las pelis de Cronenberg cuando se estrenan, a la de Ana le pasó lo que casi siempre ocurre con los cuentos que no siguen las “normas” en lo del ritmo, el desenlace y las caracterizaciones de los personajes. Los críticos y el público relinchan y prefieren castigar lo nuevo en vez de intentar absorberlo sin prejuicios. Pasa, como sabrás, con la literatura y con todo tipo de esfuerzo artístico. También con la filosofía y las ciencias. No digo que exista una obra que pueda complacer a todo el mundo. Eso sería muy aburrido. Me refiero al miedo, o al menos a la resistencia que muchas veces provoca cualquier pensamiento distinto y/o visión inesperada. He hablado con gente que antes machacó la peli de Ana, y que ahora, al verla de nuevo, dice que le gusta. Cuando uno ya puede prestar atención al objeto o el relato a su manera, conforme con sus propias vivencias y sin las distracciones/amenazas psicológicas que a veces traen las opiniones de los demás, capaz que uno puede apreciar casi cualquier visión del mundo. Como dijo el filósofo y matemático galés  Bertrand Russell:

“If a man is offered a fact which goes against his instincts, he will scrutinize it closely, and unless the evidence is overwhelming, he will refuse to believe it. If, on the other hand, he is offered something which affords a reason for acting in accordance to his instincts, he will accept it even on the slightest evidence. The origin of myths is explained in this way.”

(“Si a un hombre se le presenta un hecho que va en contra de sus instintos, lo estudiará cuidadosamente, y si la evidencia no es contundente, se negará a creer en él. Por otro lado, si se le ofrece algo que le permite actuar acorde a sus instintos, lo aceptará a base de una evidencia mínima. El origen de los mitos puede explicarse de esta manera.”)

(Bertrand Russell)

No sé, creo que hay que seguir pensando y creando sin prestarle atención a las reacciones inmediatas, a los resultados iniciales. Si uno hace un buen trabajo, tarde o temprano dará sus frutos y es incluso posible que se reconozca el valor de ese laburo. Lo demás son supersticiones y miedos. Lo mismo con San Lorenzo de momento. Poco a poco los de Bauza están armando una linda campaña. El CASLA siempre sufre durante el viaje. Sufrió durante el último torneo que ganamos de la mano de Pizzi, y sufre ahora en la Libertadores y en el torneo nacional. Estamos ahí, aguantando los altibajos, pero nunca lo tenemos fácil. El 1-1 contra Unión Española fue un resultado frustrante, porque el CASLA era claramente el mejor equipo. Este finde toca un partido clave contra Colón para la punta del campeonato argentino. Lo importante es que seguimos peleando arriba, como terminamos el último campeonato. ¡Aguante Ciclón!

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FABIÁN:

Hola Cuervo: ¡¡Impresionante el caballo de Gauguin!! Hoy me quedé un rato dentro del auto, estacionado bajo unos árboles mientras caía una lluvia copiosa. Estaba escuchando unos discos de Spinetta que son una parte de la obra suya que menos escuché: “Los ojos”, “Para los árboles”, “Silver Sorgo”, “Pan”… Las canciones de Spinetta tienen algo mineral que las hace trascender el tiempo.

(Spinetta)

Me di cuenta, mientras las escuchaba y escuchaba la lluvia masterizada por los árboles y el viento, que la canción perfecta es imbatible, que es traducible a todos los idiomas porque precisamente no necesita traducción. Pensé esto cuando me puse a escuchar un tema inquietante de Spinetta que se llama “Ave seca”, que dice así: “El perro en la casa/ las ganas de partir/ ven a volar en mi ave seca/ hecha con sombra de fantasmas”. Me acuerdo que pensé que si escuchaba esta canción un japonés desgraciadamente se iba a perder -por más que le gustara la melodía- el texto hermoso de Spinetta, que la completaba. Me quedé en silencio. Y me di cuenta de lo errado de mi juicio. En realidad ese japonés, sin saber nada de castellano, al escuchar esta hermosura iba a entender exactamente lo que yo estaba sintiendo. Fue revelador. Ahora sigue lloviendo. El sábado jugamos con Colón, y el jueves de nuevo con los chilenos por la copa. Lo único bueno que saco del resultado del partido en el New Gasómetro es que ahora Bauza va a tener que atacar sí o sí porque se nos acaba el tiempo. Ayer se me ocurrió que en vez de una charla técnica o de pasarles un video motivador a los jugadores yo les haría escuchar -minutos antes de salir a la cancha- el tema “Lonely Boy” de los geniales The Black Keys. Es tan divertido, emocionante e irreverente, que tiene que hacerte salir a jugar sin responsabilidad para así empezar a cumplir los sueños -aunque, como decía Delmore Schwartz, en los sueños empiezan las responsabilidades…

(Delmore Schwartz)

Acá el genial video de los Black Keys:

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VIGGO:

Gracias, muy buena la canción. Para bailar sin temor, que es lo que tenemos que hacer durante el partido contra los de Santa Fe esta noche. El tipo del video, con su camisa blanca remangada, soltándose solito con la música en ese sitio tan poco notable (no sé si es delante de la ofi de un motel) me puso de pie y me hizo sonreír. Así hay que jugar. Leí que el señor se llama Derrick Tuggle, y que era uno de varios que iban a bailar en el video, pero cuando el director lo vio hacer su prueba, decidió que Derrick tenía que bailar solo. Muy buena decisión. Hice una foto del último momento del video, mirá la certeza y la tranquilidad que transmite el hombre en ese momento:

(Derrick T. Tuggle)

Me desperté a las 5 e la mañana acá en el viejo Congress Hotel, en uno des sus viejos cuartos que parece que no cambiaron desde 1919, cuando se fundó el establecimiento. Los cuartos son chiquitos, sin tele ni nada, con camas estrechas pero cómodas. El Congress está en el viejo centro de Tucson, al lado de la estación de trenes. Acá vienen a cantar y tocar muchos grupos musicales buenos de punk, reggae, folk, de todo, en castellano y en inglés. La primera vez que pasé por este sitio fue a fines de los ’80 para ver a X, el grupo de Exene, la madre de nuestro hijo Henry. Te mandé una tarjeta postal con la imagen del Congress esta mañana. Espero que llegue a tu casa.

(Exene en los ’80)

También organizan festivales de poesía en el hotel. Cuando he venido a Tucson a trabajar, o simplemente para ver a mi amigo Michael, trato de quedarme acá. En enero de 1934 lo agarraron al famoso ladrón y asesino John Dillinger después de escaparse de este hotel cuando se incendió el tercer piso donde estaban las habitaciones de su banda criminal tomando whisky con algunas mujeres. Parece que Dillinger le pagó a un cana local -que no sabía quiénes eran él y sus compañeros de viaje- para que sacaran sus valijas de las habitaciones y se las trajeran a una casa en la Segunda Avenida donde se había escondido la banda. Al abrir las valijas y encontrar un montón de dinero robado, y algunas armas, la policía se dio cuenta de que estos tipos eran ladrones importantes, y los detuvieron. La policía de Tucson de entonces era un poco salvaje. Cuando lo trasladaban a Dillinger a la cárcel del Condado de Pima, no lo esposaron. Uno de los policías, Mickey Nolan, preguntó por qué dejaban con las manos y pies libres a un criminal tan peligroso, y el policía encargado del traslado le contestó “Que corra el hijo de puta. Eso es lo que queremos. Así le podemos pegar un tiro en la espalda y ahorrarle dinero al condado.” Dillinger terminó escapándose, pero lo mataron en julio de ese año al salir del cine Biograph Theatre en Chicago. No recuerdo qué película había ido a ver.

(John Dillinger)

Los fines de semana son un quilombo en el Congress Hotel, con el ruido de los conciertos y del bar en el antiguo lobby. Encima, este finde celebran el Día de San Patricio (17 de marzo) a lo loco, con casi todo el mundo vestido de verde en supuesto honor a Irlanda y todo lo irlandés, y borrachos hasta el lunes. Por eso no dormí bien, y también porque mentalmente estoy un poco en el nordeste del país todavía, ahí donde hace dos días estaba excavando mi auto de alquiler que estaba cubierto por más de un metro de nieve fresca para poder llegar al aeropuerto de donde salía mi vuelo a Nueva York. Me fui de -26 grados a los 35 de acá en el desierto del suroeste. De la noche fría al lado del congelado Río San Lorenzo, que marca la frontera con Canadá, al amanecer despejado del Desierto de Sonora, a tiro de México.

Bueno, ahora toca Colón. Hablamos después del partido, hermano. Abrazo de alas negras.

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FABIÁN:

Hermano Cuervo: el sábado quedamos en dejar a Anita en la casa de su abuela y mientras íbamos para allá, donde también yo iba a ver el partido con Colón en la tele, cruzamos a un hincha de San Lorenzo que estaba en una esquina, esperando cruzar, de hecho, estaba esperando que pasara yo con el auto para cruzar. El tipo era un joven de unos treinta años, con la casaca puesta del último campeón y algo imberbe. Le toqué bocina y le mostré los dedos en v de la mano izquierda y él se rio y me saludó. Mi mujer, a mi lado, me preguntó quién era. “Un hincha de San Lorenzo”, le dije. “¡Ah, creí que era alguien que conocías!”, me dijo y se rio. Yo seguí manejando en silencio pero me puse a pensar: que el tipo sea del CASLA hace que, de alguna manera particular, por más vidas y temperamentos alejados que tengamos, sea un conocido. Hay toda un historia increíble que tenemos en común (jugadas atesoradas en la memoria, el viejo estadio que también mora allí, las casacas que han ido cambiando y los nombres que suelen traer muchos recuerdos, así como a Proust el sabor de una medialuna le enciende el motor creativo: Premicci, Rinaldi, Telch, Veglio, Chazarreta, Villar, Fischer… y miles más… y el domingo, volviendo de lo de mi viejo, bajé caminando por las calles laterales de Boedo y me encontré con un mural genial que le hicieron a Telch en el que la Oveja o Cordero parece volar por el aire con la libertad de los pájaros. Me acuerdo que pensé que cuando vinieras te iba a llevar a verlo para que lo fotografíes y también pensé que se podía hacer un libro con los murales y pintadas que hay en los suburbios de Boedo con el Ciclón como motivo. ¿Lo hacemos cuando vengas? En eso también ese joven que crucé en la calle es un conocido. Él también, cuando elige ser de San Lorenzo, se imanta con toda esa creatividad extraordinaria, barrial y de vanguardia, que tiene el CASLA. Después, por la noche, supongo que ese “conocido” debe haber sufrido como yo no haberle ganado – a pesar de intentarlo todo el tiempo- a Colón. Una pena, pero falta mucho. Ayer el Pipi -que la rompió con Colón- cumplió 33 años, la edad de Cristo!

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VIGGO:

Vi el partido en mi compu en el medio del desierto, en la habitación de mi amigo Michael. A él le encantan los deportes. Ya no se acuerda de los nombres de los jugadores del fútbol norteamericano y el basket universitario de los EE.UU., pero conoce las reglas de esos juegos y se apasiona mirando los partidos en su tele. No creo que él había visto nuestro fútbol en su vida, pero le convencí que tenía que ver al Ciclón en mi compu porque acá no muestran eso en la tele y le iba a gustar. Sufrió el empate como yo. Pensé que se iba a aburrir por la falta de goles, pero cuando terminó el partido 0-0 dijo “Me gustó. No sé cómo no se cansan de correr de un lado a otro sin parar. Podría haber sido mejor si tu equipo hubiera ganado, pero me parece que hicieron todo lo posible, ¿no?” Yo le dije que sí, que San Lorenzo luchó y jugó bastante bien, fiel a su estilo, y que el punto nos venía bien. Me acordé de una frase del director de cine finlandés, Aki Kaurismäki, “Podría haber sido mejor, pero entonces no sería yo”.

(Aki Kaurismäki)

P.D.: Buena idea lo de las fotos de los murales nuevos. He fotografiado ya varios de ellos. Cada vez que voy a Buenos Aires, como sabés, paso por donde estaba el Viejo Gasómetro viniendo de Ezeiza para escupirle al Carrefour, y a veces hago fotos por el barrio. Creo que hay varias fotos de los murales sanlorencistas, hechas por distintos fotógrafos, en internet. No sé si te pasé ésta de vos con Anita hace un año, delante de la sede del CASLA en Avenida La Plata, con el nuevo papa recién pintado al lado de la puerta del club:

P.P.D.: ¡¡¡Mirá este tremendo cortometraje sobre la leyenda del aguante sanlorencista, el mítico Cuervo Jacobo Urso!!!

P.P.P.D.: Me desperté pensando que al final el campeonato lo vamos a pelear con River. Sé que suena absurdo, con lo mal que juegan los Gallinas y lo mal que dirige Ramón. En realidad me importa un carajo si es River o Colón o Newell’s o Vélez o Godoy Cruz o el Diablo mismo, con tal de que salgamos campeones, pero te digo lo que me entró en la cabeza nomás…