La sierra del intestino gordo

Fabián Casas y Viggo Mortensen

22-29/4/2013

FABIÁN:

Hola Viggo,

Estuve afuera porque me agarré una gastroenteritis que me liquidó. Ayer vi el partido y quedé impresionado con lo que juegan los pibes Correa, Navarro, y Tito Villalba. Me emocionó mucho el desparpajo con el que jugaron en una cancha muy difícil y con un rival de esos que cuando te equivocás, te mata. El CASLA salió a jugar en cancha contraria, Piatti estuvo filoso como pocas veces y de nuevo Mercier y Kalinski la rompieron metiendo presión en el medio como cuando jugamos contra River.

Te imaginarás que me enfermé cuando Furch nos empató momentáneamente, un tipo que cuando jugó para nosotros mientras nos jugábamos la promoción no metió un gol ni de casualidad y acá nos mete un cabezazo a lo Cristiano Ronaldo letal. Por suerte San Lorenzo no perdió la línea y, hay que decirlo, nos ayudó la suerte esta vez cuando Campestrini — que es un buen arquero — nos regaló medio gol. Me puse la remera del cuervo enorme que me regalaste para ver el doparti y Anita y Rita estuvieron al lado mío. Grité los goles corriendo por toda la casa como un idiota ante el estupor de Guadalupe!

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VIGGO:

¡Hola hermano! Espero que te sientas mejor pronto. Linda imagen la de ustedes celebrando los goles, corriendo por los pasillos. Yo vengo de una semana sin teléfono, sin internet. Aunque te extrañé a vos y a otros, la verdad es que no extrañé nada a esos aparatos. Lo peor de la semana que pasamos en el desierto pampeano fue que por primera vez en muchos años me perdí completamente un partido de San Lorenzo. Había una tele en la estación de servicio donde nos juntábamos todos los del equipo de Lisandro a cenar, pero estábamos rodando en el desierto a la hora del partido contra Arsenal. Tuvimos que trabajar el sábado y domingo porque todavía nos quedaba mucho por filmar. Un Cuervo genial que vive ahí vio el partido y me contó todo lo que pasó. Es un señor muy interesante, tremendamente lúcido, de origen vasco-navarro. Se llama Crisanto Arreses, y es casi el único hincha del CASLA en la zona. Después de cenar pude ver las jugadas de gol en los resúmenes deportivos, y hablé un rato con este Cuervo de La Pampa (algunos del equipo empezamos a llamarlo “Pampi” por su gran personalidad). Se crió con las hazañas del San Lorenzo campeón de 1946, como el nuevo papa, y, también como para Bergoglio, su jugador favorito fue y sigue siendo René Pontoni. Había hecho mucho calor ese día, y como yo rodaba con ese antiguo uniforme danés de lana gruesa estaba deshidratado y mentalmente frito cuando volví de laburar en el monte. Pero me sentí como nuevo al enterarme de nuestra victoria, y muy contento cuando el Pampi me contó, como vos ahora, que el equipo había jugado como lo hizo contra River.

(con Pampi en el “Parador de la Sierra”)

Hablando de Pontoni, tengo una figurita de él. Bueno, en realidad tengo dos. Una está enmarcada con otras figuritas (cuando vuelva a casa hago una foto de ella y te la paso), un regalo de un Cuervo hace unos 10 años. Perdí su nombre y dirección, pero espero que me cruce con él algún día para darle las gracias. Creo que era una persona que trabaja en el cine, tal vez un guionista, y me parece que las figuritas eran de su viejo. Por cierto, ese cuadro de figuritas estaba en el estudio del personaje ‘Agustín’ en la peli “Todos tenemos un plan”. Apenas se ve, pero está. La otra figurita de Pontoni es está, una de las pocas sueltas que me quedan de mi extensa colección infantil:

Hubo otra sorpresa cuerva en el desierto. El adiestrador que vino a trabajar con la perra de la película se llama Fabián Gabelli y es hincha enfermo del Ciclón. Tuvo muy poco tiempo para conocerla a “Jábu” — (llegó ese mismo día y tuvo que volver los 800 km a Buenos Aires esa noche para dar clases en la facultad de psicología de la UBA al día siguiente) — pero consiguió que ella actuara bien conmigo. Me enteré que Fabián era hincha de San Lorenzo después de una toma complicada que filmamos, cuando la perra me viene a mirar y entonces se da vuelta y empieza a llevarme monte arriba. “Muy bueno eso”, le comenté, “justo lo que necesitábamos”. “Claro que salió bien — soy Cuervo”, me contestó.  Así nomás, y siguió trabajando como si nada. Cuando terminamos ese día (el miércoles creo que fue) le regalé la remera del centenario de nuestro club. Compartimos unas cervezas y el asado de jabalí que habían hecho en la estación (bueno, el comió otras cosas, ya que no come carne) y después el amigo se subió al bus de las 22:10 para la capital. Es un hombre interesante. Encontré esto sobre su trabajo — es una nota vieja, pero lo describe bien:

http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/radar/9-2459-2005-08-22.html

(con Fabián en Lihué Calel)

Hemos estado filmado cerca del hermoso Parque Nacional Lihué Calel. No se sabe con certeza si el nombre significa “Sierra de la vida”, como ponen a la entrada del parque, o “Sierra de los cuerpos vivos” o “Carne viva” como dicen otros. Me dijeron que en Mapundungun la palabra “lihué” significa vida, y “calel” serranía, así que supongo que lo que dice el Parque Nacional sería el significado más probable del nombre. Pero el reconocido paleontólogo y antropólogo Rodolfo Casmiquela, que se especializó en estudios de la etnia tehuelche que vivía en esa zona antes de la llegada de los mapuches, decía que Lihué Calel significaba “Sierra de la tripa gorda” (del ano).

(Rodolfo Casamiquela)

¿Qué sé yo?… quizá sea cierto, como dice el ‘Teniente Pittaluga’ en nuestro cuento cinematográfico, que “Los nombres no importan”. Para mí sí que importan, pero capaz que para muchos no son más que sonidos limitados, crudas representaciones de las complicadas esencias de las cosas y las criaturas de este mundo. El científico Casamiquela falleció en 2008, así que ya no puedo preguntarle que vínculo hay entre el culo y ese lugar. Tal vez tiene que ver el oasis que hay ahí, y la humedad en los vallecitos de la sierra — algo difícil de encontrar en el desierto pampeano. A causa de la presencia de agua en algunos de los arroyitos y en los huecos en las grandes piedras, hay mucha fauna en el parque – tarántulas, viudas negras, jabalíes, pumas, yaguarundíes, zorros grises, guanacos, serpientes, ciervos, y muchísimos pájaros. También hay pasto verde y arboles bastante grandes. Domina el caldén, árbol emblemático de La Pampa, pero también hay muchísima variedad de arbustos, cactus y flores. Cuando uno llega al parque por primera vez todo parece muy seco, capaz que no se ve ni se siente mucha vida. Pero al rato — y con la libertad de contemplación que da la falta de internet, teléfonos y ruidos de la “civilización” — uno empieza a ver más colores, a escuchar la música del lugar. La zona me recordó a ciertos rincones del desierto Mojave de Norteamérica. Mirá estos guanacos que se acercaron a nosotros ayer:

Ahora nos visita Martín Palermo con su Godoy Cruz. A ver si nuestro equipo repite el buen ejemplo de la semana pasada. ¿Como ves este partido?

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FABIÁN:

Hola Cuervo: hermosas fotos que mandaste de la zona de filmación. Acá estamos desde hace dos semanas bajo una ola de calor inseperada, aunque las flores se secan y caen de los árboles como tiene que ser. Lo que me puso muy contento de la visita a Arsenal fue que el CASLA jugó con autoridad, con la misma presión que contra River pero a esta le agregó — con la presencia de los pibes — desfachatez y velocidad. Eso me encanta.

(Héctor Villalba)

Me dan muchas ganas de sentarme mañana a ver el partido contra Godoy Cruz porque creo que se va a intentar jugar de la misma manera. Y ojalá Piatti haya salido de la ronda de inestabilidad en la que venía jugando y vuelva a hacerlo como con Arsenal, endiablado, eludiendo hacia adelante, provocando el error contrario. El segundo gol viene de un tiro cruzado que hace él, que le pica muy rápido al arquero y se mete ayudado por la cabeza de Tito Villalba —  quien ya había metido ese golazo demoledor contra Racing. El gol de Navarro, de tiro libre, fue muy bueno también (ya le había hecho uno a Vélez). La idea de tener unos nuevos Carasucias en el horizonte me hacen dormir feliz y levantarme con ganas.

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VIGGO:

¿Viste que Villalba es de al lado del Pedro Bidegain, que se crió en la villa 1.11.14 del Bajo Flores? Hizo todos los inferiores con el CASLA, y me parece que es como un sueño cumplido para él y para nuestro club que haya llegado al equipo de Primera y que este jugando tan bien. Ojalá tengas razón, que estos nuevos jugadores, junto a veteranos como el Pipi Romagnoli dando el mejor ejemplo, sean el núcleo de un gran plantel azulgrana. Ya era hora, como decís, que Piatti jugara un partido completo, sin los frecuentes errores que va cometiendo en este torneo. Se sabía que él tenía la habilidad y la experiencia para ayudar a armar el juego de ataque para el equipo. Esperemos que siga en buena racha personal. Él mismo dijo después de la victoria contra Arsenal que “fue el mejor partido que tuve, pero no siempre rindo como yo quiero. Tengo que seguir mejorando y no quedarme.”

(Piatta)

Increíble lo del Real Madrid y el Barcelona en las semifinales de la Champions. Estaba bastante seguro que esos dos equipos iban a jugar la final este año (pero también lo pensé el año pasado). Ahora parece muy difícil que eso se cumpla (especialmente para el Barça que no marcó de visitante en Munich), que los dos puedan remontar en los partidos de vuelta. El año pasado ganó la Champions el Chelsea, con muchísima suerte y jugando un fútbol bastante feo. No era para mí el mejor equipo (y no me sorprendió que el Atlético de Madrid después le diera una paliza en la Supercopa europea). Tampoco fue Italia la mejor selección del mundial de 2006, pero así es es el fútbol, como dicen todo el rato. En este momento sí creo que el Bayern es el mejor equipo europeo. Si la liga española quiere seguir aspirando a ser considerada la mejor del continente, los equipos de Mourinho y Tito Villanova tendrán que sacar chapa de campeón y al menos ganar sus partidos de vuelta, aunque no hagan remontada completa. Para empezar, me gustaría que el Real Madrid remonte en el Bernabeu contra el Dortmund el próximo martes. Tendrá que invocar el espíritu guerrero de Juanito Gómez, defender como fieras, sin encajar un solo gol, y meter tres ellos mismos en casa. Es posible. A mi ver no tienen toda la culpa los jugadores del Madrid por el pobre resultado contra Dortmund. Es muy bueno el equipo alemán, y además Mourinho viene sembrando confusión e inseguridad en su equipo desde hace rato con su mala leche. Me gustaría verlo jugar al capitán Casillas, porque él normalmente está a la altura en las citas más importantes. Supongo que jugará en el partido de liga este finde y entonces su D.T. lo pondrá otra vez en el banquillo para la vuelta de la semifinal de Champions.

También me encantaría verlos a los Culés remontar, como lo hicieron contra el Milan en la ronda anterior. Villanova tendrá que hacer un planteamiento perfecto, y todos sus jugadores tendrán que jugar el mejor partido de sus vidas. Me encantaría verlo a Messi hacer uno de esos partidos geniales, meter 3 o 4 goles él mismo. Tampoco es imposible eso. Acaba de hacer un gol lindísimo en el partido de liga, zigzagueando solito entre cinco defensores del Athletic y rematando con gran precisión. Creo que se recuperó bastante bien de su lesión y podrá jugar el partido entero el miércoles.

Bueno, terminamos la etapa más larga y complicada de la filmación con buenos resultados. Lisandro ha conseguido rodar imágenes y escenas muy originales. También le ha acompañado la suerte y una onda ideal. El equipo trabajó bien, aguantándo el calor y los desplazamientos, y todos nos divertimos un poco. Fue un acierto la idea de ustedes de mezclar el danés con el castellano en este cuento, verlos al padre escandinavo y su hija en el medio de la enorme llanura argentina. Quedan cosas importantes por hacer, pero ya se puede ver que tenemos material dramático bastante especial. Nos queda un poco más para filmar allá en Río Gallegos. Después del calor inesperado este otoño en La Pampa y en Río Negro, seguro que vamos a vivir días y noches muy diferentes en el lejano sur del país. El frío y el viento también proporcionarán elementos interesantes al cuento. Va a ser un contraste total con lo que hemos vivido estas últimas semanas.

(Lisandro)

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P.D.

Ya volví a España de Buenos Aires. San Lorenzo empató contra Godoy Cruz. Villalba, Correa, Buffarini, Piatti, Mercier y el resto del equipo jugaron bien, como esperábamos. El equipo no aflojó como pasó contra Tigre después de haberle ganado con contundencia a River. El arbitraje de Trucco fue, sin lugar a dudas, malísimo. No hablo solamente de la absurda roja directa a Stracqualursi que terminó ayudándole al Tomba a hacer su gol, pero del nerviosismo del referí durante todo el partido. Hace mucho que no vi a un tipo dirigir con tanta inseguridad un partido de primera división — y eso que Trucco y su familia tienen mucha experiencia en el oficio. La roja a Godoy Cruz, los penales no pitados y un montón de otros errores arbitrales estropearon un partido que quiso ser decente. Los jugadores dieron todo, a pesar de la inutilidad del árbitro y la lluvia que caía cada vez más fuerte, y se puede decir que el empate fue justo. Me hubiera gustado verlo entrar al Pipi, pero Jara jugó bien y casi hizo el gol de la victoria. Villalba está creciendo en su manejo de la pelota y su protagonismo en el ataque. Este pibe sí que es una auténtica maravilla.

Casillas no estuvo en el arco del Real Madrid en el partido de liga. A pesar de ser un clásico contra el Atlético de Madrid, Mourinho puso un equipo “B” en la cancha, sin Cristiano Ronaldo. Sin embargo, el capitán siguió sentado en el banco de suplentes. Un insulto más al gran arquero del Madrid y de la selección de España.

Cuando nos juntamos con Lisandro la mañana del sábado, hablamos un poco de la época de la película y la campaña militar de Roca. Ese mismo día Osvaldo Bayer publicó en la contratapa del diario Página 12 lo siguiente al respecto (lo cuelgo completo porque me parece que está bien escrito y porque, aunque nuestra película tiene que ver con otros tiempos y otras ideas, tocamos algunas de las mismas cuerdas):

http://www.pagina12.com.ar/diario/contratapa/13-218858-2013-04-27.html

Lograr la paz eterna

Por Osvaldo Bayer

Fue un día glorioso. Valió la pena luchar. En Santa Rosa, la capital de nuestra provincia de La Pampa, el intendente de la ciudad, acompañado por los maestros, las organizaciones de derechos humanos y el pueblo en general, procedió a la inauguración del monumento al cacique Pincén, aquel ranquel que con todas sus fuerzas enfrentó a las tropas de Buenos Aires que venían a desalojarlos de sus tierras y convertir en esclavos a los hombres, mujeres y niños de los pueblos originarios. Pincén luchó siempre, fue el más valiente de todos, el más sagaz y lúcido. Estuvo siempre en primera fila, con un coraje que le daba el amor a su tierra. Cuando ya anciano y viendo que si continuaba la lucha iba a perecer toda su gente, inclusive su numerosa familia, trató de hacer las paces. Fue tomado prisionero por el coronel Villegas y, finalmente, enviado a la isla Martín García, donde pasó ocho largos años hasta que se le permitió ir a vivir a sus antiguas tierras de donde fue, al poco tiempo, nuevamente llevado a la isla Martín García, acusado de haber inspirado el crimen contra un estanciero inglés. Esa acusación fue totalmente falsa. Pero demostraba la falta de respeto por la vida de los pueblos originarios en esas épocas argentinas de llamado liberalismo positivista, que significó un verdadero genocidio para los pueblos originarios, acompañado del robo de sus tierras ancestrales.

Por fin se está reconociendo todo esto luego del profundo estudio de nuestra historia por diversos investigadores, y a ciertos titulados héroes se los está bajando del pedestal.

Justo eso es lo que se volvió a vivir en Santa Rosa. Allí se realizó un acto en el teatro municipal, con la presencia de las autoridades locales, en celebración de haber cambiado el nombre de la avenida Julio Argentino Roca, el principal ejecutor de la campaña de quitar las tierras a los pueblos originarios, restablecer la esclavitud en la Argentina durante la presidencia de Nicolás Avellaneda y de cometer la más grade matanza de pueblos originarios en estas tierras. Ahora toda esa avenida llevará el nombre del Libertador, José de San Martín, justo la figura opuesta en pensamiento a Roca, que jamás hizo discriminación con respecto a los pueblos originarios, a quienes llamaba “nuestros paisanos los indios”. Pensamiento que compartió a ultranza con Manuel Belgrano, Mariano Moreno, Juan José Castelli y Bernardo de Monteagudo.

Emocionante fue cuando se vio a mapuches en sus ropas típicas dar cuatro vueltas alrededor del monumento al cacique Pincén.

Es que en Historia siempre, al final, triunfa la Etica, la Verdad. Un genocidio es un genocidio y no se lo puede tapar con el eufemismo de llamarlo la “Campaña del Desierto”. También quedó en claro que, además del genocidio y el robo de tierras, los vencedores volvieron a practicar la odiada esclavitud que había comenzado a eliminarse en nuestro país en la célebre Asamblea del año XIII, cuando se proclamó la libertad de vientres, es decir que a partir de ese año, tres después de la gloriosa Revolución de Mayo, quedaban libres los hijos de los esclavos que nacían ese año. Como decimos, esa esclavitud fue reimplantada por el presidente Avellaneda y su ministro de Guerra, el general Julio Argentino Roca. Se puede comprobar en los diarios de Buenos Aires de la época de la “campaña del de-sierto” en avisos oficiales con el título de “Hoy entrega de indios”. Y cuyo texto rezaba: “A toda familia que lo requiera se le entregará un indio varón como peón, una china como sirvienta y un chinito como mandadero”. Tal cual. En ese idioma discriminatorio para con las mujeres y los niños de los pueblos originarios. Sí, todo eso a más de sesenta años de la célebre Asamblea del año XIII, que había llevado a la realidad el pensamiento tan noble de aquel 25 de Mayo de 1810.

En el acto que se realizó en la capital pampeana, después de la inauguración del monumento al cacique Pincén, historiadores trajeron a la luz la verdad acerca de aquel período increíble de nuestra historia, cuando después del genocidio cometido por el Ejército, que decía que traía el progreso y la cultura civilizada, se repartieron cuarenta millones de hectáreas de tierras entre socios de la Sociedad Rural, entidad que había cofinanciado la masacre de esos pueblos que hacía siglos poblaban esas extensas pampas. Hecho que fue celebrado a los cien años de sucedido, por la dictadura de la desaparición de personas del general Videla, con el desfile de tropas del Ejército Argentino en la ciudad rionegrina de General Roca. Fue el desfile más grande que recuerda nuestra historia, para celebrar el genocidio de la llamada campaña del desierto. Un hecho que fue aplaudido por los diarios más grandes de Buenos Aires con suplementos especiales dedicados a recordar con palabras adulatorias ese crimen de lesa humanidad cometido con los pueblos autóctonos.

Pero la verdad histórica que se escondió a casi un siglo y medio de sucedido el genocidio y que se tergiversó en los libros de historia con que aprendieron tantas generaciones en los institutos de enseñanza, finalmente surge y se demuestra la verdad.

El ejemplo dado por las autoridades municipales de Santa Rosa, de cambiar el nombre del genocida Roca por el del Libertador San Martín, debería ser imitado por todas las otras urbes y pueblos argentinos que todavía tienen calles y plazas con el nombre de los autores del genocidio más grande de nuestra historia. Los que demostraron la verdad sobre la denominada “campaña” ya han tenido la satisfacción de presenciar la quita de esos nombres en dieciocho ciudades argentinas. Mientras, hay autoridades comunales que miran hacia el costado cuando se le reclama ese derecho de la ética de eliminar honores a quienes trajeron la muerte y el robo de sus tierras nada menos que a los pueblos que las poblaron siglos antes de que llegaran los “occidentales y cristianos” de Europa a traer la llamada “civilización”. En nuestra Ciudad Autónoma de Buenos Aires, hace dieciocho años que presentamos el proyecto para quitar de nuestro centro ciudadano el monumento más grande de nuestra ciudad y, además, el más céntrico, que es el del mayor genocida de los pueblos originarios, Julio Argentino Roca, nada menos que a pocos metros de nuestro célebre Cabildo del 25 de Mayo. Ese monumento fue erigido en la década infame, la del fraude patriótico, inspirado en un proyecto de Julio Argentino Roca (hijo), vicepresidente del general Justo, dos candidatos surgidos después del vergonzoso dictador general Uriburu, quien fue el golpista que terminó con el segundo período del presidente Hipólito Yrigoyen. Y ese monumento del general Roca montado en un brioso corcel –aunque se sabe muy bien que el citado general jamás anduvo a caballo–, sigue allí, para dolor de todos los argentinos que llevan en sus venas sangre de los pueblos originarios.

Los representantes políticos de la ciudad guardan silencio –en su mayoría– sobre esta necesidad ética de dejar de glorificar con un monumento a un genocida, y el propio Mauricio Macri, jefe de Gobierno de la ciudad, ha contestado que en “Historia hay que mirar hacia adelante”, cuando la moral nos obliga a “aprender de la Historia” y no mostrarle la espalda.

Ojalá los porteños, muy pronto, tengamos la alegría de ver reemplazar ese monumento a la muerte por un monumento a la vida. Algo que inspire a la vida y no al genocidio de pueblos. En el acto de Santa Rosa, un mensaje de la comunidad ranquel Cacique Manuel Carupiñan Pincén, firmado por un descendiente del cacique ranquelino, lo expresó con estos dignos términos: “Hoy, en este día, quizá no es tan importante discutir sobre el origen del cacique Pincén, pero sí poner en alto el mensaje que él nos dejó: luchar por un mundo inclusivo, donde ranqueles, mapuches, tehuelches, criollos, afrodescendientes y europeos puedan vivir en comunidad, en un mundo respetuoso de las diferencias”. Firmado: Luis Eduardo Pincén.

Qué palabras sabias. Dichas por un descendiente de aquel cacique. Sí a la convivencia, un no rotundo al racismo. Ese es el único camino a la Paz entre los pueblos y al verdadero progreso. El lograr la Paz Eterna, como la soñaba el filósofo Kant.