La tenemos adentro

Viggo Mortensen

18/3-25/2012

Romagnoli lo dijo bien después del amargo empate contra Colón:  “…perdemos los puntos… no podemos entender lo que pasó… la tenemos adentro, como quien dice”.  Y después de la derrota ante Rafaela podría haber dicho lo mismo.

La tenemos adentro, y somos nosotros y nuestro equipo los que tenemos que aguantar y seguir adelante de alguna manera — la mejor manera, si puede ser. Entiendo que vaya creciendo el enojo cuervo, que cada vez más hinchas del CASLA pidan la cabeza de Madelón y menosprecien a los jugadores que no lo hicieron tan bien como el Pipi y otros. Pero eso no quiere decir que sirva para más que el desahogo tal enojo, o que sea verdad que esas dos derrotas son culpa exclusiva de nuestro técnico o de ciertos jugadores. Dejaron el alma en la cancha en los dos partidos, pero la suerte no los acompañó. Es cierto que a veces me han vuelto loco las decisiones absurdas o la arrogancia de algunos de los técnicos que hemos tenido antes de Madelón, y me pongo furioso si me parece que un jugador no está comprometido con su trabajo y con el equipo — pero no es el caso ahora. Tampoco se gana nada con tirarles a la cara nuestra frustración. Creo que hay que tratar a los demás como uno quiere que ellos le traten a uno. Una mala racha no suele venir del error de una sola persona. Tampoco es cierto que los últimos malos resultados de San Lorenzo son culpa de la pésima decisión de Diego Abal cuando dió por bueno el gol de Colón, o de Lunati por no haberle cobrado un penal a Rafaela por atropellarlo en el área a Romagnoli. Yo he puteado a referís argentinos como esos dos, o por ejemplo a Baldassi, Laverni (mucho), Pezzota (muchísimo) — y también a árbitros incompetentes en mundiales y otros torneos internacionales. Son seres humanos que se equivocan y que a veces se portan muy mal, pero a largo plazo no nos hacen ser lo que somos ni nos dan lo que merecemos o no merecemos. No me gustaron nada los fallos arbitrales en el Apertura de 2008 que parecían favorecerle una y otra vez a Boca más que a todos los otros equipos del torneo. Si se comprueba que hay corrupción, uno espera que se castigue, que se suspendan a los culpables. Muchas veces no se hace justicia, y eso hay que aguantarlo nomás. Es la vida. Hay momentos claves, decisiones que pueden condicionar un partido o un campeonato, pero en mi opinión los referís no tienen la culpa de la falta de entrega o el juego malo. Es hora de que la FIFA y las asociaciones nacionales empiecen a usar la tecnología para corregir algunos de los fallos arbitrales. En general estoy de acuerdo con lo que dijo el mismo Lunati defendiéndolo a Abal como persona y árbitro:

“Nosotros nos equivocamos, pero no le robamos a nadie. Ningún equipo se va al descenso por un error nuestro, sino por el arrastre de malas campañas”

La tenemos adentro, sí. Pero somos capaces de sufrir y al mismo tiempo de seguir siendo grandes. El hincha de Rafaela que le dijo a Bueno “Che, saludáme, que te vas a la B” es un tipo lamentable que no merece ni la más breve mirada de desprecio. Entiendo que Bueno haya querido descuartizarlo. Intentó hablar con el perejil a pesar de estar muy agitado después de la derrota, preguntándole porque estaba ahí provocando, pero el otro siguió inchando las pelotas. La policía presente también se portó muy mal con Bueno. Estando en el lugar de nuestro jugador tampoco creo que hubiera podido contener la rabia en ese momento. Entiendo perfectamente que los compañeros de Bueno salieran a defenderle. Es casi imposible aguantar y mirar a otro lado, no reaccionar a las provocaciones de gente patética como ese pibe de Rafaela, pero cuando uno logra hacerlo sale de la situación como el más noble, el más valiente. Como bien dijo el gran filósofo francés Voltaire, vale la pena recordar que:

“Lo grande siempre suele ser atacado por las almas pequeñas.”

(Voltaire en 1718)

Seguro que muchos de los que lleguen a leer estas palabras no estarán de acuerdo con lo que escribo, y dirán que no entiendo la situación. Solamente puedo decir que hablo como un hincha más de San Lorenzo que está triste y enojado, que quiere que las cosas mejoren. Pero no creo que nuestra mala racha es fruto de una falta de esfuerzo u oficio por parte de Madelón o los jugadores. En casi toda la primera mitad del partido contra Rafaela jugamos como campeones, mostrando muy buen control de la pelota y superioridad técnica. El planteamiento me parecía muy acertado, y el equipo andaba bien. Daba mucho gusto verlo jugar así. Hacía tiempo que había visto jugar con tanta armonía a San Lorenzo, y haciendo las cosas así durante el partido entero le ganamos a cualquiera. La jugada de gol fue lindísima. Pero en la segunda mitad, como viene siendo nuestra costumbre últimamente, no estuvimos nada finos. Los cambios no nos trajeron el ansiado milagro y Rafaela tuvo la suerte de ganar un partido en el que básicamente era un equipo muy inferior al nuestro. Pero ellos también dejaron todo, y les salió la cosa. Es la vida, hermanos, es la vida.

Ahora miramos hacia adelante, a nuestro cumpleaños número 104, al partido contra Vélez, y a la lucha por no descender. Somos grandes y vamos a salir de esta. Estoy seguro. Quedándome con los franceses, los dejo con las sabias palabras de Victor Hugo (no el señor uruguayo de la radio que no entiende el reglamento sobre el “orsay”, sino el genio que escribió LES MISERABLES, entre otras obras)  sobre el futuro y el coraje que hay que tener para enfrentarse dignamente con él:

“El futuro tiene muchos nombres. Para los débiles es lo inalcanzable. Para los temerosos, lo desconocido. Para los valientes es la oportunidad.”

(Victor Hugo en 1853)