…se lleva bien adentro…

VIGGO MORTENSEN Y FABIÁN CASAS

28/9/11

VIGGO:

Hola Fabián,

No creo haberte contado esto: el año pasado fui por primera vez a un doctor para que me hiciera una colonoscopia. Supongo que no es generalmente un tema del que se habla así nomás, pero como somos amigos… y como no me molesta nada hablar de ello… bueno, en fín, no era a causa de nada grave que tenía que pasar por esta pequeña exploración médica – solamente que me habían dicho que era hora, que me tocaba. Que ya tenía la edad… (y yo que no pienso tanto en eso… supongo que sigo corriendo y dando vueltas como si fuera un pibe, qué se yo)… Pero todo estuvo bien, por suerte. De momento no tengo ningún extraterrestre viviendo en mi interior más oculto. Bueno, resulta que cuando salí de ahí, cuando me llevaron al cuarto donde te dejan despertarte de la anestesia que te dan, empecé a cantar “SOYY DE BOEDO SOY DE BOEDO SOY DE BOEDOO YO SOY …!!!”. No recuerdo nada, pero parece que seguí cantando eso una y otra vez, a gritos, y también parte de “San Lorenzo es un sentimiento, no se explica, se lleva bien adentro…”. Solamente había una persona cerca que entendía castellano, y así me enteré luego del show absurdo que había armado ahí. De repente paré de cantar y me puse a hacer la camita donde me habían dejado para recuperarme, todavía bastante sedado, plegando las sábanas, arreglando la almohada, quitándome el coso medio-kimono que tenés que ponerte en los hospitales, plegándolo también… “¡Señor, no! Eso lo hará otro acá cuando se vaya – ¡déjelo!…”, me decián. “Póngase la ropa y siéntese por favor.”  No recuerdo nada. Me acuerdo que al salir del hospital me contaron todo lo había hecho, que había despertado a medio mundo con las canciones. Pobre gente… bueno yo soy el primero en admitir que no canto muy bien, aunque me guste hacerlo…  tiene que haber sido totalmente ridícula la situación. Pero supongo que cosas así ocurren frecuentemente con los sedados, cuando quedamos sin defensas y no nos censuramos suelen salir cosas raras, las que llevamos bien adentro. Es muy poderoso nuestro subconsciente, ya ves. Aunque sea el de un gringo que nació lejos de Boedo.

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FABIÁN:

Querido Viggo:  Me causó gracia lo de las canciones que cantaste cuando saliste de la anestesia porque justo anoche, mientras mi mujer regaba las plantas de la terraza de casa yo jugaba con Ana que ya camina y te agarra la mano y te pide que la lleves de un lado a otro. Es curioso, porque suele caminar en círculos y ayer se había empecinado en subir y bajar un escalón que hay entre la parrilla y la otra parte de la terraza. La cosa es que en un momento se agarró de una baranda que perimetra la terraza y yo me puse detrás y, como si estuviéramos en la cancha, la incité a cantar:  San Lorenzo es un sentimiento / no se explica se lleva bien adentro. Y le mostraba cómo agitar la mano. Creo que mi viejo debe haber hecho lo mismo conmigo. De golpe mi mujer me dijo: ¿Qué hacés? Le enseño un mantra, le dije. Me acordé que Paul Mc Cartney contó una vez que tenía un mantra secreto que le enseñaron en la India y que lo utilizaba para relajarse y cargarse de energía. Mi mujer me resalta siempre que Ana es una nena y que no le gusta mucho la idea de que vaya a la cancha y mucho menos que se cuelgue del paravalancha. Pero ya veremos. De hecho, si teníamos un hijo varón, yo le quería poner Sean Lorenzo Casas, y Guadalupe también se oponía. Pero bueno. Me gusta esto de que el Turco Asad le esté dando lugar a los jugadores de inferiores. Me parece que sienten la camiseta (nunca, nunca, por más claro que sea, voy a poder entender el concepto de profesional, me cuesta pensar que Gonzalo Bergessio, por ejemplo, vino a trabajar al Ciclón). Hoy, antes de entrar al Dojo para ir a Karate, leí en el diario unas declaraciones del D.T. diciendo que  “había que sacarse el sombrero ante el Pipi Romagnoli”, y esa frase me emocionó hasta las lágrimas. El Pipi Romagnoli es y será, como dice William Buttler Yeats en su poema Los Olímpicos, “algo que no se volvió a ver”.

Ana, cuerva.

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VIGGO:

Lindísimo lo que decís de tu hija, Fabián, de las mantras, la imágen que ahora tengo de tu hija colgada del paravalanchas cantando como una cuerva poseída por amor a los santos colores. ¡Sean Lorenzo! ¿Habrá uno por ahí, en alguna parte del mundo, en Irlanda por ejemplo, la cuna de Yeats? Seguro que sí, seguro que hay un chico guapísimo con un gran futuro por delante que lleva ese nombre. Ahora sí.

Remontada en el Monumental

No sé si  Bergessio fue tan mercenario, si es eso lo que decís. Bueno, también es verdad que aprovechó su oportunidad. Pero al fin y al cabo a Gonzalo me parece que lo vendieron los que eran medio dueños de su destino con respecto a San Lorenzo y su carrera deportiva en ese momento, cuando estaba jugando muy bien, después de la campaña en la que hizo hazaña en el Monumental en el partido decisivo de copa contra River. Fue un gran año para él como jugador, llamó la atención por su velocidad, potencia física, garra. Capaz que vió esa como su única, linda oportunidad para probar su suerte en Europa. Él mismo cuenta que sigue al CASLA asiduamente, y que apoya la vuelta a Boedo. Se ha hecho mucho daño en nuestro club y en otros  clubes argentinos con eso de vender a los que juegan bien a entidades extranjeras demasiado rápido. A veces los pibes van al extranjero y se lesionan, juegan mal al principio y nunca llegan, nunca les ayudan a crecer, se pierden…  y a veces vuelven como juguetes rotos a buscarse una última vuelta en el torneo local. A veces les sale bien, a veces no. Es casi inimaginable poder llegar a ser jugador primera — no pretendo saber lo que se siente. Y las tentaciones, el sentir — tal vez — que uno es invencible. Creo que los mejores, o casi mejores, necesitan pensar que pueden, como Cassius Clay o el Nene Sanfilippo, que pueden decidir no solamente que van a triunfar, van a meterte goles o dejarte inconsciente en la lona, pero también pueden predecir exactamente los goles que te van a meter y el round en el que te van a tumbar. Duro será lesionarse, perder la facilidad de movimiento, la velocidad, la promesa de la juventud. Qe se te apaguenn los ojos, bajes la mirada, y se rompa tu corazón. así de duro debe ser para los cracks que se endurecen y finalmente se quiebran — muchas veces con poca gente que recuerde su nombre, sus primeros momentos de gloria. Es la vida, es la vida. Aguante, carajo.. pero tengo todo el respeto del mundo para los que hacen el esfuerzo para llegar a primera.

Grande en dos continentes.

Hace muchos años Boca o River intentaban comprar a nuestros mejores jugadores, y a veces lo conseguían. Ahora la mirada, desde hace más de 30 años, es hacia Europa principalmente. Cuando se fueron grandes como el Ratón Ayala y el Cacho Heredia a España (todavía una cosa bastante notable en esos tiempos) después de triunfar en nuestra primera división con San Lorenzo también fueron muchos los cuervos que se sintieron orgullosos. Pero ahora la gotera es una catarata y nadie que sabe jugar bien se queda para evolucionar si ve que puede escaparse. Y los que juegan bien cuando suben al primer equipo, esos pibes talentosos que llegan de todos los rincones de la república, solo piensan (la mayoría) en destacarse individualmente para que los vendan a Italia, España, Inglaterra, Grecia, Francia, Alemania, etc….  Hay un fenómeno parecido en mi oficio: la gran cantidad de entregas de premios a actores tiene el mismo resultado en los rodajes de cine. Muchos de los actores talentosos que recién empiezan hacen todo para lucir personalmente, sacarles ventaja a sus compañeros para conseguir nominaciones, y más guita, y más premios, etc…. Nada de jugar o actuar para el mayor bien del equipo. Así lo he visto yo, por lo menos. Es una triste realidad. Es complicado para los jugadores, me parece — incluso los que ya son grandes. Creo que pocas veces tienen tanto control como pensamos, tanta posibilidad de decidir si quieren quedarse con el equipo y la camiseta de sus amores — o la que al menos la que le haya nutrido y dado importancia mediática.

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FABIÁN:

Increíble lo que decís con respecto a los actores (eso de que piensan solamente en su culo y entienden la actuación como algo individual y no colectivo)  porque justo ayer por la tarde estaba hablando con Miguel Villafañe, mi editor de Santiago Arcos, furibundo hincha de River.  Y yo le hablaba del Beto Alonso, de como un jugador hermoso, genial, se había convertido en una persona gris y resentida, casi una granada de pus, cada vez que le toca hablar en la tele o la radio. El tipo, le decía a Miguel, fue un jugador descomunal, parte creativa y lujosa de ese mediocampo de la gallina en el que también jugaban Merlo y J J López, tres tipos que se repartían el mediocampo de una manera notable, sin la necesidad de ningún doble cinco. Viggo: en 1975 mi papá me llevó a la cancha a ver a San Lorenzo contra River. Alonso, ese día, la descoció. Le hacía hacer cualquier cosa a la pelota. Para arriba, para abajo, por el costado, caño, doble caño, taquito. Nos mataron a goles y yo me fui de la mano de mi viejo, llorando. Nunca la belleza me había dolido tanto. Ahora entiendo porqué Seymour Glass, el personaje fetiche de Salinger, le tira piedras en la cara a la chica que le gusta. En esa época los jugadores, le dije a Miguel, jugaban en sus equipos largo y tendido y lo hacían con gran regularidad. Los campeonatos eran extensos, de ida y vuelta, y para ganarlos tenías que tener kimé. ¿Qué es el kimé? Es ese momento en el karate en que tu respiración, el golpe y tu mente se metabolizan en un solo sentido. Es impecabilidad. Alonso tenía impecabilidad. Igual que Cocco, Fisher, Heredia, Jota jota, Patota Potente y tantos setentosos geniales. Por eso el Beto está resentido, porque él ve, le dije a Miguel, que ahora cualquier jugador con apenas segundos en la cancha ya es millonario y está más preocupado por todo lo accesorio del fútbol (la groupies, los boliches de moda, la ropa, el gel para el pelo, el celular más pequeño y moderno, los autos tuneados) que jugar al fútbol y pelarse las rodillas por la camiseta. Alonso se dice para sí mismo, le dije a Miguel, con apenas un año en Europa estos pibes ganan más que todo lo que yo gané en mi vida, estos pibes, se dice Alonso, le dije a Miguel, que no saben lo que es meterle dos goles a Boca, en su cancha, con una pelota naranja, en lo único que piensan es en la salvación individual. Nunca pensé en Bergessio como en un mercenario, lo pensé como un profesional. Y me costaba unir ese concepto en un jugador que me hizo llorar y perder los documentos (por la alegría) la noche en que partimos la moderna historia de River en dos.

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VIGGO:

Me encanta tu descripción de la derrota contra River, la maravilla de ese equipo gallina en el que jugaba el Beto Alonso. Como sabés, yo me perdí muchas cosas en los 70 y los 80 por mi larga ausencia desde que nos fuimos mis hermanos y yo a Norteamérica con mi mamá. Me he ido enterando poco a poco desde que volví a Argentina el año que salimos campeones de la mano del Bambi. Es lindo poder educarse con la ayuda de charlas con vos y otros hinchas, con jugadores históricos (tener ESA BUENÍSIMA SUERTE siendo actor, la oportunidad de conocer a los Matadores y a tantos otros grandes de San Lorenzo), con la compu, leyendo, viendo viejos partidos, jugadas y goles, momentos gloriosos tanto como dolorosos, confirmar una y otra vez lo que es la grandeza y el aguante de nuestra compartida ¡aflicción azulgrana!

Otra cosa que quería comentar era lo de la Capilla Lorenzo Massa. Vos sabés que ayudé para que se construyera la capilla ahí en la Ciudad Deportiva del CASLA. La idea era y es que serviría de lugar para meditar, rezar, estar tranquilo, tal vez bien acompañado, antes o después de los partidos de nuestro equipo. Bueno, siempre hay un antes y un después de todo partido, ¿no?… así que siempre que sea posible, que la capilla esté abierta y un hincha de San Lorenzo quiera pasar unos momentos en ella, o alguien que venga en paz aunque sea de otro equipo — incluso alguien que odie el fútbol … BIENVENIDOS SEAN TODOS los que vengan de buen corazón. Por suerte ha sido un espacio positivo para todos, y bastante popular. Gente se ha confirmado, se ha casado, bautizado, han pasado cosas muy lindas en ese lugar. Es genial eso, hermoso. Un amor tranquilo y sin prejuicio es lo que siento ahí. También hay jugadores que han ido a rezar, a meditar. Buenísimo que siga siendo un sitio sagrado, eso sí, pero  donde cualquiera puede ir y estar bien. Sea uno ateo, judío, musulmán, budista, quemero, arzobispo, jefe de gobierno… no importa. Lo único que importa es ser respetuoso hacia la capilla y el espacio, las creencias de los demás. La otra cosa es que no tiene nada que ver con la vuelta a Boedo. Es parte de ello para el que lo quiera así, un sitio para pensar en ese tema también si uno quiere, claro es — pero no tiene que ver con la política institucional desde mi punto de vista. Cuando se vuelva, se trasladará la capilla a Boedo o se construirá otra si hace falta. Los lugares y las cosas no importan. Lo que importa es lo que uno pone en el lugar, el sentimiento que uno aporta, ¿no? Bueno, nada… eso. Ah, por cierto, vamos a poner vidrio nuevo, más parecido al diseño y los colores de los azulejos de la torre.

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FABIÁN:

Viggo, para mí la religión se creó mientras dormíamos y se institucionalizó cuando nos despertamos. Yo te conté de la iglesia Santa Cruz, de la que soy devoto y que queda en el barrio de Boedo. Me parece genial eso que decís de que es un lugar (la capilla Casla) que está abierta para todos, sean de la religión que sean, ya que es precisamente en esos lugares donde se mezcla la gente dónde surge lo más interesante del mundo. Lo contrario al fascismo y el purismo: el mestizaje, ése que hace que un gringo que nació en Nueva York, se crió en Buenos Aires, el Chaco y Dinamarca, vive a veces en España también pueda ser amigo de un cuarentón que nació en Boedo, y vivió su infancia y adolescencia bajo una dictadura militar. Y que ambos amen los colores del campeón.

Los colores de este amor.

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VIGGO:

Fabián, no sé si te conté que desde que terminamos el rodaje de “Todos tenemos un plan” he estado trabajando en España. Estamos ensayando en Madrid para presentar “Purgatorio”, obra de Ariel Dorfman. Por cierto, Dorfman, criado en Chile, nació en Caballito y es simpatizante del Ciclón. Bueno, hacía rato que no había visitado a la cuervísima familia Gandulfo en su lindísimo bar, “El Rincón del Cid”, en la ciudad de León. Pude ir a verlos este pasado domingo, y fue como siempre un placer estar con ellos un ratito. Los conocí en 2005 cuando rodaba “Alatriste”. Mejores hinchas de San Lorenzo no hay. Fueron ellos los que me dieron la bandera casera que ahora tiene las firmas de todos los Matadores, campeones invictos en 1968, y la de Héctor Facundo, también campeón con San Lorenzo, en 1959. Bueno, resulta que van a inaugurar oficialmente la Peña Cuervos de León. No son muchos todavía, pero poco a poco se van sumando cuervos nuevos. Su bar está en pleno centro de León, y es muy popular. Los Gandulfo son muy queridos allá, y como el sitio está lleno de fotos, banderines – todo tipo de recuerdos sanlorencistas – la hinchada va creciendo. Pronto tendrán armada su página web.

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Por último, ya que hablo de España, tengo que decir una cosa sobre el señorito Mourinho.

Acaban de darle el premio Marca por haber sido elegido mejor director técnico de la liga española en el último torneo. Absurdo, eso. Obviamente fue Guardiola del Barcelona el mejor – y no solamente de España, pero de Europa. Esto lo digo como simpatizante del Real Madrid. Espero que ganen la liga, y creo que lo pueden hacer, pero no me parece bueno premiar a una persona que, por talentoso y piola que sea, no fue el mejor. Lo único que ha hecho mejor que nadie desde que vino al Real Madrid es portarse como un delincuente, una fuerza negativa, un pésimo perdedor. En el fondo, después de todas las discusiones sobre él, lo que queda es efectivamente eso: es un mal perdedor.

El sinvergüenza Mourinho le mete el dedo en el ojo a Tito Villanova

Bueno, para quitarme el mal sabor “Mou” y terminar bien incluyo esta linda foto de Héctor Facundo, un gran jugador y un hombre que sí supo ganar y perder con dignidad:


Héctor Facundo, puntero derecho Campeón con San Lorenzo 1959

Gracias por la charla, Fabián. ¡Hasta la vuelta, hermano Cuervo!