Actividades psíquicas

Viggo Mortensen y Fabián Casas

(24-28/4/2014)

VIGGO:

Querido Fabián,

Las últimas dos noches he tenido mucha suerte. Anoche estuve en el Estadio Bernabeu para ver al Madrid contra el Bayern en la ida de semifinales de la Champions. Fui con mi buen amigo, el artista y editor Borja Casani. Creo que vos lo conocés un poco, al menos por correo, porque te publican algo en su nueva revista. A mí me gusta el Real Madrid desde fines de los ’70, pero Borja nació Merengue como yo nací Cuervo. Él estaba muy nervioso antes y durante el partido, yo no. No sé por qué, pero sentí que iba a ser una noche buena y relativamente tranquila para los nuestros. Últimamente me fío de mis presentimientos, como el que tuve hace un mes y pico sobre el potencial de River en el torneo nacional. Borja y yo nos juntamos en un viejo bar alemán cerca del Bernabeu, sin miedo a la supuesta “bestia negra” que son los equipos tedescos para el Madrid en las Copas de Europa. Me tomé un par de pilsners y un poco de comida bávara, pero Borja no tenía ni hambre ni sed. Le dije que el Madrid iba a ganar, que los mitos vivientes de Pep Guardiola y del Bayern no les iban a ser muy útiles a los visitantes en el partido que íbamos a ver. “¿Te parece?”, me preguntó Borja. “Sí. Va a ser chivo, pero vamos a ganar. No lo veo tan complicado. El equipo de Pep no va tan bien en los últimos partidos, y creo que el de Ancelotti está en alza.” Acababa de irme de casa, caminando al bar alemán para encontrarme con el amigo. Cuando salía, los míos me dijeron “Lo siento” y “Lástima…”. “¿Por qué?”, pregunté, a punto de cerrar la puerta. “Porque Pep les va a dar una paliza.” Lo medité. Era la lógica, al menos según la gran mayoría de los sabios de la prensa internacional tanto como de la española. Pero no me convencía. “Me parece que no, ¿eh? Van a ver. El Madrid los va a frenar. Creo que podemos ganar.” Se rieron. El partido terminó 1-0 para nosotros, pero podría haber sido 3-0 fácilmente. Posesión: Bayern. Control y eficacia: Madrid. Ya fue. La semana que viene el partido de vuelta en el Allianz Arena de Munich presentará una prueba durísima para los blancos. Un gol inicial del Madrid pondría la cosa complicada para los alemanes. Veremos. Y entonces, a las tres de la mañana, el partido de San Lorenzo contra Gremio para los octavos de final de la Libertadores. Un partido jodido. No jugamos bien, pero tuvimos coraje y suerte. 1-0, igual que el Madrid. La vuelta en Brasil va a ser un reto enorme, pero se puede. Se puede. Espero que Bauza deje salir a buscar el gol al equipo en Brasil. Bueno, eso anoche. Madrugué cansadísimo, pero muy contento. Esta noche vi “Éramos tres hermanas”, una adaptación de “Las tres hermanas” de Antón Chéjov, escrita por José Sanchis Sinisterra, dirigida por Carles Alfaro, en el Teatro de La Abadía acá en Madrid. Genial, graciosa, profunda, harmoniosa e inteligente interpretación de este clásico del teatro ruso de fines del siglo XIX.

(“Éramos tres hermanas”, Irina/Olga/Masha)

Fui a ver la obra porque estaba en ella una actriz que es amiga y que respeto mucho, Mariana Cordero, en el papel de ‘Masha’. Ella y sus dos compañeras, Julieta Serrano como ‘Olga’ y Mamen García como ‘Irina’, estuvieron en un estado de gracia teatral. Flotaban, bailaban, sus voces a la medida de la poesía, y -lo que más me gustó- se escucharon muy, muy bien. Las tres actrices se prestaron atención a la perfección de la naturalidad, con un relajamiento total. Muchas veces lo de escucharse bien en el cine o el teatro no es lo que más se premia, pero es lo más fundamental en mi opinión. Fue la base de la enseñanza de Constantin Stanislavski, actor y maestro contemporáneo de Chéjov en el teatro de Rusia.

(Chéjov)
(Stanislavski)

Después de ver la obra y de saludar a Mariana y a sus dos compañeras de reparto entré en un bar para ver el último cuarto de hora del partido de semifinales de la Europa League entre Sevilla y Valencia. Pizzi, como sabés, es el DT del Valencia. Los “Che” perdieron por dos goles a cero, pero creo que merecieron más. El referí se equivocó en el primer gol, que era muy orsay, y dio tarjetas a jugadores del Valencia en los últimos minutos que no eran merecidas. Esos jugadores no podrán jugar la vuelta. Para mí que los de Pizzi parecían superiores como equipo, pero ya sabemos que el fútbol no siempre es justo. A ver si remontan en el Mestalla la semana que viene. Ahora me voy a la cama a leer hasta que me duerma. Estoy terminando God Is Not Great (Dios no es bueno), de Christopher Hitchens. Es muy interesante, y el tipo conoce su biblia. Mañana te cuento un poco de lo que dice. Ah, una cosa más: si querés escribimos un “diario” en Cannes, algo así como nuestras charlas para esta columna. No sé, podría ser divertido. En todo caso, estando los tres -Lisandro, vos y yo- juntos en Francia, seguro que tendremos algo especial para contar. Pase lo que pase, creo que nos divertiremos. Y las danesas van a venir también, así que podremos recrear lo que vivimos con ellas en la Patagonia. No te preocupes por banderas del CASLA ni yerba ni equipo de mate, que lo traigo todo de Madrid. ¡Un fuerte abrazo, Cuervo!

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FABIÁN:

Hola Viggo: me encanta toda la ceremonia previa en los bares que contás con tu amigo Merengue antes de ir al partido. A mí me gustan esas previas, para decirlo de algún modo. Me juntaba con mis hermanos y mi padre y con amigos, íbamos caminando por la avenida Boedo hasta la pizzería San Antonio, ahí comíamos unas pizzas y de ahí nos íbamos, antes, al Viejo Gasómetro. O ahora, al Nuevo Gasómetro en auto, porque mi padre está viejo y ya no camina tanto. La verdad es que tuviste dos pálpitos que se dieron así: el River de Díaz está jugando las finales y El Madrid le ganó al Bayern de Pep. Y no eran, a priori, dos opciones tan posibles. El Bayern es un equipo demoledor y no sé si, racionalmente, uno se hubiera jugado porque fuera a perder en Madrid. Pero así fue. La de River todavía es más difícil porque ese equipo sí que es una murga y sin embargo después del envión que le dio ganar el Superclásico sigue peleando los primeros puestos y, como lo soñaste (es una pesadilla) lo va a hacer hasta el final. Yo quiero, porque tengo muchos amigos del Lobo, que Gimnasia salga campeón, no lo hizo nunca y eso me parecería una buena de parte del guionista que guía nuestros pasos. Vi el partido de San Lorenzo contra Gremio en la casa de un amigo Quemero, Ariel Minimal, un músico al que considero genial (tenés que escuchar a Pez, su banda, y sus múltiples trabajos con otros músicos con los que desarrolla otras vertientes increíbles de su talento). Pienso que el talento es simplemente estar disponible, lograr estar disponible para que el espíritu sople en uno, con lo cual, el talento no es algo que nos pertenezca, pero sí la forma de limpiar nuestro canal para que éste se manifieste. Minimal lo logra siempre. La cosa es que ver el partido con un Quemero es letal porque me decía a cada rato “ya está, ya empata Gremio. No van a aguantar en Brasil”, etc. Pero, de alguna manera, también me alegró mucho estar con él porque le quitó angustia, nerviosismo, seriedad, y paranoia a mirar el partido, algo que me pasa cuando lo veo solo en mi casa. Charlando con él, y mirándolo de a ratos mientras comíamos pizza y tomábamos algo, se me pasó más rápido.

(Pez – foto: Martín Santoro)

Hoy leía que varios jugadores Cuervos dijeron que en Brasil hay que defender el resultado. Esto es un error que podemos pagar caro. No hay todavía resultado. Faltan 90 minutos y si salimos (como yo pienso que va a hacer Bauza) a defender, vamos a lamentarlo mucho. Tenemos que faltarle el respeto a los brasileños desde el vamos, poniendo el partido en su cancha, de igual a igual. El técnico tiene que convencer a los jugadores de que no hay que ahorrar en ataques, que esa es la forma de irnos con la cabeza bien alta sea cual sea el resultado. Ir a defendernos a Brasil va a ser un error terminal, ¡por favor Bauza, no lo hagas!

En cuanto al festival, Guada me empezó a sugerir que tengo que ir bien vestido, con smoking, comprarme zapatos y esas cosas y a mí me gusta estar liviano, no tener nada para mostrar y que nadie te vea, ser invisible. Se puede escribir un diario de la invisibilidad, ¿no es mejor eso?

Vamos a sufrir en Brasil, Viggo, eso es seguro. La Copa es para nosotros como escalar una montaña, a medida que estás más cerca de la cima, se acaba el aire, las piernas pesan, cada paso es una eternidad. ¿Cómo se llega al techo del mundo? Con convicciones, como a todos lados. Uno de los mitos de la historia del club es que San Lorenzo, que llegó a la final de la primera edición, menospreció la localía -no le importaba la Libertadores- y jugamos en Uruguay y perdimos la final. Desde ahí la Copa se siente despechada y nos arrojó una maldición eterna. ¿Cómo eliminamos el hechizo? Jugando al ataque, en todos lados, con alegría, divirtiéndonos.

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VIGGO:

Yo pienso que San Lorenzo todavía puede ser campeón. Estamos un poco alejados de la punta, pero si empezamos a encadenar de a tres se puede dar. Pero el galope tiene que empezar ya. Estoy completamente de acuerdo con vos en lo de la vuelta de octavos de la Libertadores. Si Bauza los pone a defender el resultado al comienzo del partido no me va a sorprender, pero me va a volver loco. Hay que meter otro gol, para forzarles a meter tres a los brasileños.

Creo que sí tendremos que ponernos trajes en Cannes. Capaz que con corbatas azulgranas. Pero, claro, podemos hacer lo que nos dé la gana. Pase lo que pase, va a ser un quilombo, pero estaremos juntos. Vení con unos pins del CASLA si podés. He regalado los que tenía.

Acabo de plantar dos árboles, un pino y un limonero. Ahora estoy leyendo “Las tres hermanas” de Chéjov, para comparar su obra con lo que vi anoche en el teatro. Y terminé el libro de Hitchens. Es casi tan bueno como el de Bertrand Russell (Porqué no soy cristiano). Muy detallado, con amplio repaso de todas las religiones y sus contradicciones.

Te paso dos citas del libro de Hitchens:

“Es cierto que la religión no se conforma y que a largo plazo no puede conformarse con hacer sus afirmaciones maravillosas y sus garantías sublimes. Debe tratar de interferir en las vidas de los no creyentes, de los herejes o los infieles de otros cultos. Tal vez hable de la dicha del mundo venidero, pero busca poder en este.”

“Esta es la cuestión acerca de mis ideas y de las que piensan como yo. Nuestra creencia no es una creencia. Nuestros principios no son una fe. No sostenemos nuestras convicciones dogmáticamente… No confiamos exclusivamente en la ciencia y en la razón, ya que estos son elementos necesarios en lugar de suficientes, pero desconfiamos de todo aquello que contradiga a la ciencia o atente contra la razón. Podemos discrepar en muchas cosas, pero lo que respetamos es la libre indagación, la actitud abierta y la búsqueda de ideas por lo que valen en sí mismas… Creemos firmemente que se puede vivir una vida éticamente sin religión. Y sabemos con certeza que el reverso es cierto: que la religión ha hecho que muchas personas no solo no se comporten mejor que otras, sino que consideren aceptable comportarse en modos que harían que gente a cargo de un burdel o de una limpieza étnica torcieran el gesto.”

Es difícil, para el creyente, leer estas cosas. Incluso se puede decir que Hitchens anda perdido si uno no quiere aceptar lo que él propone. Lo cierto es que Hitchens se interesó por todas las religiones, y trató de aprender y entender todo lo que postulaban, lo que significaba la fe y lo que las escrituras y profecías supuestamente aportarían al creyente. Era un tipo al que le encantaba entrar en mezquitas, iglesias, templos de todo tipo, que apreciaba el lado creativo y estético de las grandes religiones. Daba su opinión sobre las contradicciones y disparates dañinos que contienen los mandamientos y prohibiciones de las religiones, pero al mismo tiempo respetaba el derecho de todo creyente a pensar lo que quería. Lo que le molestaba es que a él y otros ateos -e incluso a infieles que creían en cosas diferentes- los creyentes no los respetan, y a veces los amenazan con ser matados o jodidos para siempre de alguna manera. Cada uno a lo suyo digo yo. Epicuro de Samos, el gran filósofo griego que vivió hace unos dos mil cuatrocientos años, habló de la gran contradicción entre el mal que hay en el mundo (incluso las enfermedades, crueldades y sufrimientos aparentemente insensatos que trae la vida y la naturaleza) y la supuesta existencia de dioses bien intencionados, benignos y todopoderosos.

(Epicuro de Samos)

No tenemos la “Paradoja de Epicuro” directamente de él, pero contado por otros que vinieron más tarde, como el historiador griego Diógenes Laercio o el poeta romano Lucrecio. Después Lucio Lactancio, consejero romano del primer emperador que aceptó ser cristiano, Constantino I, lo citaba para llevarle la contra. Lo que dijo Epicuro, su paradoja, está ahí todavía, para tomarla en cuenta. Más o menos va así:

1. Dios es omnipotente y bondadoso

pero

2. El mal existe

O sea que:

Si el mal existe porque Dios no puede evitarlo, entonces no es omnipotente.

Si el mal existe porque Dios no quiere evitarlo, entonces Dios no es bondadoso.

…de lo que podemos concluir que la premisa “1” es falsa.

Una cita que tenía en el cuaderno para la preparación del personaje de Sigmund Freud en la peli de David Cronenberg (“Un método peligroso”) iba así: “Ni los dioses ni los demonios existen, todos son productos de las actividades psíquicas del hombre.” El austriaco al que tanto le interesaba la vida de Moisés y el estudio de todo lo que tuviera que ver con la religión y la mitología, parece que lo tenía muy claro.

(Sigmund Freud)

Del partido en Córdoba casi mejor ni hablar. Repito que me parece muy anti-San Lorenzo lo de ir con tanta cautela. Ortigoza, Villalba y Correa entraron demasiado tarde, por ejemplo. Se ha perdido la confianza y el ritmo del ataque, la actitud de lucha. No creamos las situaciones para hacer goles como antes. La intención de Bauza últimamente parece ser de hacer el esfuerzo mínimo para ganar cada partido nacional, con la excusa de guardar las fuerzas para la Copa Libertadores. Ya dije que no estoy de acuerdo con esa manera de hacer las cosas. Hay que pelearla siempre, mano a mano. Espero que ganemos el miércoles en Brasil para seguir vivos en la Libertadores, pero no me gusta nada lo de regalar el torneo local con no jugar auténticamente a ganarlo todo. No es matemáticamente imposible defender el título nacional que ganamos en diciembre, pero queda cada vez más lejos. Me alegro por la buena suerte y mentalidad de Gimnasia y de Godoy Cruz, y espero que uno de ellos pueda salir campeón si no podemos o queremos ganarlo nosotros. ¡Aguante Ciclón!

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