Cuna de gato

Fabián Casas y Viggo Mortensen

9/9-15/9/2012

FABIÁN:

Hola Viggo:  Según dicen los diarios de hoy, el CASLA jugó mucho mejor, con un segundo tiempo de buena actitud, más firme. Yo sólo pude ver un poco del partido porque teníamos el estreno de “Ostende”, una peli que resultó muy buena de Laura Citarella. Con Guadalupe fuimos ahí y sólo pispié una parte del primer tiempo, así que no me pude hacer una opinión del partido. Hoy dicen los diarios que Piatti fue muy importante y recién, mientras almorzaba en un club de barrio cerca de mi trabajo, escuché a Denis Stracqualursi, al que entrevistaban, decir que era hora que el equipo resurgiera, se empezara a afirmar, ya que no habían tenido un a pretemporada. Acá de a poco llega la primavera y el sol empieza a tener algo más de fuerza. Es una buena época para ver fútbol. Otra noticia que me resultó interesante es que la editorial Caja Negra (una editorial “indie” argentina, con un catálogo descomunal) va a publicar Cuna de gato, de Kurt Vonnegut. Es una novela inhallable en español, y siempre la quise leer. Y sin bien leo en inglés, prefiero leer traducciones ya que para mí la traducción es posible. De hecho, la esencia de la novela es traducción pura. ¿Leíste a Vonnegut? Y ¿Viste el partido? ¿En qué lugar del mundo estás? Bueno, contestame y la seguimos. Gran abrazo!

(Cuna de gato)

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VIGGO:

Hola Fabián,

Estoy en un avión. Te enviaré esto al aterrizar. Recién terminó la gira que empezó en Buenos Aires, siguió en Madrid y después me llevó al festival de cine de Toronto para presentar la película de Ana Piterbarg. La recepción de la película en Toronto fue muy buena. El estreno norteamericano, con un público casi 100% anglosajón, fue divertido y era obvio que los espectadores entendían los momentos de humor y todas las sutilezas de la peli. Con respecto al encuentro entre San Lorenzo y Colón, tampoco puedo dar una opinión completa. Solamente pude enganchar para ver un poco de la primera parte y después algo de la segunda parte. Más tarde pude ver varias otras jugadas grabadas de ese partido. Buffarini, recién convocado por la selección nacional para jugar contra Brasil, hizo otro partido lindo, de lo que pude ver, metiendo mucha garra e inteligencia ofensiva. Piatti va a ser clave en este torneo. Armó jugadas con mucha astucia. Una entre él y Mirabaje, que también jugó bien, facilitó el gol de Buffarini.  Tenemos muchos jugadores buenos a los que hay que dejar jugar nomás. Ya basta de pretemporadas. El equipo empezó el partido atacando, buscando el gol, pero de lo que vi de la segunda parte me pareció que volvieron al juego conservador, al contraataque.  Eso sí, el equipo defendió bien. Stracqualursi, por suerte, pudo hacer el gol de la victoria gracias a otra linda jugada de Piatti combinando con Buffarini.

(Buffarini desbordando)

El trabajo de Vonnegut lo conozco bastante bien. Fue un autor único, además de ser un valioso activista para la paz y la democracia. Veterano de la Segunda Guerra Mundial como lo fue su amigo, el irremplazable historiador y motivador social Howard Zinn. Después de sus experiencias en ese conflicto, los dos escribieron y hablaron el resto de sus vidas sin parar sobre la estupidez que supone cualquier guerra. Como decía Zinn, toda guerra es el terrorismo, y por eso el concepto de la guerra contra el terrorismo es absurdo. Muchísimas más personas inocentes han muerto durante el último siglo directamente a causa de las guerras lanzadas por EE. UU., el Reino Unido, Francia, Argentina, Chile y la Unión Soviética — entre otros agresores — contra lo que ciertos gobiernos de esas naciones han calificado de terrorismo. Tanto Vonnegut como Zinn han comentado con elocuencia sobre el hecho de que la exportación de la “democracia”, la excusa imperialista de siempre, no suele funcionar porque casi nunca es realmente la motivación de las acciones bélicas. En Cat’s Cradle  (“Cuna de gato”), de 1963, Vonnegut habla de lo ridículo que es la carrera descontrolada para dominar las armas nucleares. En ese libro, como en Slaughter-house Five (“Matadero cinco”) y Breakfast of Champions (“El desayuno de los campeones”) escribe sobre los horrores de la guerra con un sentido del humor bastante negro, casi surrealista. Hay otra novela que se llama Mother Night (“Madre Noche”), publicada dos años antes de “Cuna de gato”, que es una novela muy especial. Te la recomiendo. El protagonista de ese libro es un tipo que se llama ‘Campbell’, un americano que está preso en Israel por haber sido propagandista nazi (en realidad era un espía para los Estados Unidos que se hacía pasar por nazi trabajando para Goebbels, escribiendo los mejores discursos antisemitas y todo tipo de propaganda para el gobierno de Hitler). Bastante loco el cuento, una especie de relato Orwelliano totalmente torcido. Como se publicó poco después de la captura del nazi Eichmann y su juicio en Israel, este libro provocó cierta polémica. El mismo personaje de ‘Campbell’ también aparece en “Matadero cinco”.

También es lindo su último libro de ensayos, A Man Without a Country (“Un Hombre Sin País/Patria”). Ahí se mete de manera muy astuta y graciosa en contra de Bush (hijo) y el efecto de su presidencia sobre la sociedad norteamericana. No sé si ese libro se ha traducido al castellano, pero es muy corto, si lo querés leer en inglés. A ver si encuentro mi copia y te la mando.

En Toronto vi una película buenísima de Thomas Vinterberg, el danés que nos dio “Festen” (“La Celebración”) en 1998. Su nueva película se llama “Jagten” (“La Caza”), y es tremenda. En el último festival de Cannes Mads Mikkelsen ganó el premio al mejor actor para esta película. Mikkelsen encarna al hombre acusado falsamente de haber abusado sexualmente a unos niños en un jardín de infantes. Sus colegas, la policía y casi todos sus amigos lo condenan sin pruebas contundentes, sin dejarle explicar su lado de la situación. Terrible lo que le hacen sus vecinos, lo que sufre este tipo. Me recordó a la obra de teatro “The Crucible” (“El Crisol” o “Las Brujas de Salem”) de Arthur Miller y la película “Vredens Dag” (Dies Irae”)  de Carl Dreyer sobre la caza de supuestas brujas en Dinamarca en el siglo XVII.

(Mads Mikkelsen en “Jagten”)

Volviendo a San Lorenzo, acabo de leer una cosa que me sorprendió. Bottinelli, que para mí es un gran defensor que siempre luchó como una fiera para el CASLA, parece haber dicho que River Plate es más grande que San Lorenzo. Una boludez que diga eso, por muy enojado que pueda estar con el club,. Claro que River tiene una tremenda historia, y que ahora él tiene que darlo todo por las gallinas, pero San Lorenzo tiene una larga y gloriosa historia, a la cual él aportó su parte importante. ¿Para que hinchar las pelotas de esa manera, rubio campeón?

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FABIÁN:

Dear V:  “Matadero cinco” me pareció una obra maestra. Creo que Vonnegut hace lo que propone el Zen, crear un punto de vista y empezar a partir de ahí. ¿Sabés que las “Sirenas de Titán”, también de Kurt, me rompió la cabeza y muchas veces me encontré llorando en el colectivo, yendo a la casa de mi viejo, leyendo el final genial de ese broli? Ahí me di cuenta que se pueden hacer dos cosas a la vez: llorar e ir en un colectivo. Vonnegut es un maestro total, es una mezcla de Louis Ferdinand Céline y Juan Berdaguer, éste último era un cómico argentino que tenía unos libretos, escritos por él mismo, muy elaborados y geniales, a la manera de Woody Allen. Ahora voy a leer “Madre Noche”, lo tengo hace años ahí, esperando en la biblioteca.

(Juan Berdaguer)

Con respecto a lo de Buffarini, me da un poco de miedo que vaya a la selección. Aunque sé que para él es una alegría y que lo que digo es egoísta. Lo que pasa es que recuerdo cuando veníamos llevando una ventaja increíble en ese campeonato que perdimos finalmente con Boca en un triangular demencial que también jugó Tigre. ¿Te acordás? Cuando paró el campeonato para que jugara la selección, nosotros, con gol de Romeo, le ganamos uno a cero a Vélez en Liniers y estábamos punteros con cinco puntos de ventaja. Ledesma y Bergessio se fueron para la selección y cuando volvieron entraron en un pozo y nosotros terminamos cediendo un montón de puntos. Sé que está mal pero a mí la selección me importa poco comparado con el CASLA. Me acuerdo cuando Riquelme se fue de la Selección porque se peleó con Maradona que la dirigía (es un decir) y cuando Riquelme jugó el partido posterior a esa polémica en la Bombonera, la hinchada cantaba, respaldando a Román, este poema objetivista que podría haber escrito William Carlos Williams: “La Selección, la Selección/ se va a la puta/ que la parió”. Me hicieron reír y me di cuenta que para los bosteros Román era más ídolo que Maradona, como para mí es más grosso Jorge Rinaldi que el Diego. ¿Sabés que Jorge Rinaldi escribe muy bien y lo hizo en Un Caño, una revista muy buena de fútbol?

Te cuento esto: yo era muy chico y una chica que me gustaba iba a la pileta de la ciudad deportiva del CASLA. Yo no sabía nadar y como nos veíamos en la pileta, traté de aprender en 20 minutos un día. Casi me ahogo. ¿Sabés quién me sacó del agua? Jorge Rinaldi. Él jugaba en inferiores y estaba en la pileta ese verano, para mi fortuna. Fue como el Catcher in the Rye de Salinger, el tipo que trata de salvar a los chicos que pueden caer en el abismo!

No creo lo de Bottinelli. No tiene que ser verdad.

Abrazo cuervo.

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VIGGO:

Lamentablemente parece que sí es verdad lo de Bottinelli. De la furia azulgrana ahora no lo salva nadie. Pido como hincha y socio que todos seamos grandes y no lo ataquemos físicamente, ni a él ni a nadie, por lo que ha dicho. Con las palabras podemos expresarnos ingeniosamente sin ser brutos. Tampoco vale la pena obsesionarse con lo que dijo. Tenemos cosas más importantes por delante como club. Supongo que Bottinelli ya se arrepiente en su interior por haber dicho estas cosas, aunque no lo confiese abiertamente en este momento. Creo que lo va pasar mal. Yo tengo una remera que me regaló Botti, y para mí es un tesoro como son las que tengo de Calics, Lavezzi, Orión y el Beto Acosta. No pienso quemarla nunca. Con el tiempo estas cosas se arreglan, se calman.

No sabía que “La Chancha” escribía tan bien. A ver también si alguna vez tenemos suerte y podemos hacerle unas preguntas, como habíamos pensado pedirle hace rato. Me parece que vos deberías hacerlo, ¿no?   Así capaz que le preguntás si se acuerda del rescate en la pileta si querés, y sobre sus genialidades como jugador, los partidos a los que fuiste con tu viejo para verle jugar. Encontré una entrevista que le hicieron para Un Caño:

http://www.revistauncaño.com.ar/note.php?id=751

Anoche por fin pude ver “Cosmopolis”, la última película de David Cronenberg, basada en la novela de Don DeLillo. Hoy sigo procesando lo que vi. El cuento de Delillo es como un poema larguísimo. Se trata más o menos de un viaje suicida que sirve como crítica al capitalismo sin frenos. La película tiene un ritmo extraño, muy diferente a lo que solemos ver en los cines. Es un ritmo que trae en mente, como lo hacen la estructura y los personajes que entran y salen del relato, a algunas tragedias griegas. No es fácil acomodarse a lo que nos cuenta Cronenberg — y sobre todo a su manera de contarlo — pero, como siempre con su cine, el mundo inventado me fue atrapando y terminé entregándome casi sin darme cuenta. La vi con mi hijo Henry. Tuve un día en Los Ángeles con él después de Toronto. Ahora, el día siguiente, estoy volando sobre Nuevo México en un avión que me lleva hacia Europa de nuevo. Como “Cosmopolis” se había estrenado en EE. UU. hace rato, decidimos ir enseguida al cine para asegurarnos de verla bien en una pantalla grande y no en dvd o en la t.v. Nos quedamos sentados hablando de la película un buen rato, los últimos en la sala. Cuando salimos del cine a la medianoche, vimos una escena que pudiera haber sido una continuación de la película que acabábamos de ver. Un hombre y una mujer estaban abrazados justo en frente de la entrada, medio desnudos. Supongo que pensaban que ya estaba cerrado el cine, que no vendría nadie más. Cuando nos vieron salir se taparon un poco, haciendo como si nada, como si fuera normal que estuvieran ahí apoyados contra la columna en bolas nomás. Cuando pasamos al lado de ellos, la mujer, que no había logrado cubrirse el culo del todo, nos sonrió nerviosamente. El hombre escondió su cara en el pelo de la mujer, dándonos su espalda. Ese multi-cine es parte del complejo del famoso Grauman’s Chinese Theater, como lo es el teatro Kodak, donde arman la ceremonia de los Oscar últimamente. De noche, esa parte de Hollywood Boulevard es tanto un barrio importante en la historia del cine como lo es uno de todo tipo de actividades al margen de la ley, y no es tan raro encontrarse con tal escena en el primer piso del “shopping”.  Supongo que ambos Cronenberg y DeLillo se hubieran reído al ver eso. Don DeLillo ha escrito cuentos muy buenos, ensayos, obras de teatro, un poco de todo. En 2010  Seix Barral publicó una traducción de su novela Point Omega (“Punto Omega”), en la que se enfrenta al problema de la guerra en Irak. Ese también es un libro interesante que podría gustarte.

Me encanta que comparás el trabajo de Vonnegut con el de Céline. Ese francés, otro veterano de una guerra horrible, fue un artista muy importante de la primera mitad del siglo XX. Un tipo transgresor, pionero de un cierto tipo de realismo crudo, buscando las expresiones más coloquiales, explorando el argot de la calle. Hasta cierto punto su uso del lenguaje y los temas que aborda lo hacen heredero de Émile Zola y de Joseph Conrad. Autores como William Burroughs, Allen Ginsberg y otras figuras del movimiento “Beat” lo admiraban muchísimo por sus avances literarios y su irreverencia. Bueno, en realidad Burroughs era una cosa aparte de los “Beat”, incalificable — pero admiraba a Céline. Vonnegut también lo admiraba. Veterano de la primera guerra mundial, Céline lo tenía tan claro como Zinn y Vonnegut que la guerra es una mierda. En su novela de 1932, Voyage au bout de la nuit (“Viaje al final de la noche”), dice:  “Les digo a ustedes, infelices, jodidos de la vida, vencidos, desollados, siempre empapados de sudor; les advierto: cuando los grandes de este mundo empiezan a amarles es porque van a convertirles en carne de cañón”. Después de la Segunda Guerra Mundial fue acusado de ser antisemita y de haber colaborado con los nazis. Aunque siempre negó serlo, esa mancha lo marginó el resto de su vida. Parece que estamos con la guerra en esta entrega…

(Céline,1932)

Por cierto, a mí también me preocupa que Buffarini vaya a jugar para la selección, pero no porque pueda lesionarse o que su participación pueda perjudicar de alguna manera su rendimiento con el CASLA. Lo que a mí me preocupa es que juegue bien y nos lo robe Boca o un equipo Europeo. Pero con Tinelli en la directiva capaz que se le pueda convencer al “Búfalo” que lo mejor es quedarse con nosotros.

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FABIÁN:

Hoy en el diario Bottinelli (increíble, para Lacan: botinelli el nombre de un jugador) ya empezó a ir marcha atrás. Yo que creo no pensó mucho lo que dijo. Igual ya jugó para River una vez cuando cometió penal con un codazo, fue expulsión y gol de Abreu en esos cuartos de final de la Liberatadores del 8M que se volvieron inolvidables cuando Bergessio la rompió y les empatamos con 8 jugadores. También pensemos que si descomponemos el apellido, queda Bot – Tinelli. Es gracioso lo de los nombres. ¿Sabés que el tipo que defiende a las mujeres golpeadas se llama Garrotte. Y que el presidente del congreso de hipoacúsicos se llama Sordelli? Bueno, creo que la risa es lo que nos salva. Bottinelli pensó en voz alta y ahora todo queda registrado. Para mí no hay ningún motivo para atacrlo o agredirlo. Analicemos all . Yo no soy de San Lorenzo porque sea más grande o la tenga más grande que River. No soy de San lorenzo por los campeonatos que ganó, ni porque el club me pague plata o me convenga de alguna manera. Soy porque mi viejo era del CASLA y los colores de su camiseta me producen alegría y los mejores recuerdos de mi infancia. En la infancia uno carga combustible por única vez en la vida, y la calidada de ese combustible va a determinar qué tipo de personas seremos cuando las papas quemen. Y como bien sabés, Viggo, en la vida las papas queman muy seguido. Por otro lado la ley moral se determina sobre los débiles y no sobre los poderosos. ¿Qué quiere decir esto? Que una pesona demuestra de verdad cómo es cuando tiene que tratar a alguien que considera más débil. Por eso los seres humanos tratan tan mal a los animales, en líneas generales. Creo que el reportaje a La Chancha en Un Caño lo hizo mi hermano Gaby. Cuando vengas de nuevo al país, hacemos algo con la Chancha ¿te parece? Te mando un “cover” que estuve haciendo , por jugar, del comienzo de Nova Express de William Burroughs. Digo cover porque es más delirante que una traducción:

“Escuchen mis últimas palabras en todas partes. Escuchen mis últimas palabras en todos los mundos. Escuchen ustedes consejos sindicatos y jugadores de Boedo. Y ustedes potencias protegidas por sucios acuerdos consumados en algún baño para tomar lo que no es nuestro. Para vender siempre el suelo bajo pies no nacidos. Escuchen: que todos los jugadores muestren sus cartas, devuélvanlo todo, devuélvanlo todo. Juéguense todo, devuelvan todo. Que todos lo vean”.

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VIGGO:

Noam Chomsky, el cronista norteamericano más honesto y contundente del siglo XX y XXI al lado de Howard Zinn, dijo de Lacan:

“En el caso de Lacan, por ejemplo –y aunque va a sonar mal- tengo la sincera impresión de que era un charlatán deliberado y de que solo trataba de jugar con la comunidad intelectual parisina para ver cuántos disparates podía decir sin que dejaran de tomarle en serio. Digo esto en un sentido bastante literal. Lo conocí personalmente.”

Supongo que algunos de nuestros aportes en esta columna podrían calificarse de manera similar. En nuestras entregas reina San Lorenzo ante todo, y a nosotros, por mucho que nos disparemos por un lado u otro explorando hilos artísticos — haciendo conexiones entre nuestra versión subjetiva de la historia (toda historia siendo subjetiva, claro está) del CASLA y detalles de la literatura, música, cine, filosofía, sociología, (etcétera…) que nos interesan — algunos lectores nos verán como payasos salidos de un frasco sucio. Una cosa que decís en tu parafraseo de Burroughs me suena totalmente irreprochable, admirable: “Que todos lo vean”.  No nos escondemos. Damos la cara y ponemos huevo. Puede que no siempre se entienda lo que decimos, y si algo se entiende puede que muchos no estén de acuerdo con lo que decimos. Hay momentos en los que yo tampoco entiendo por donde vamos con nuestras charlas, pero de nuestros saltos al vacío y nuestras piruetas mentales siempre salen perlitas de complicidad que al menos me provocan una sonrisa y a veces la carcajada del delirio que no requiere ninguna explicación. No huimos y no mentimos. Somos boludos que buscan la verdad, buscan la risa que les ayuda a resistirse a la derrota inevitable que nos espera a todos. Henry James lo dijo con claridad:

“We work in the dark – we do what we can – we give what we have. Our doubt is our passion and our passion is our task. The rest is the madness of art.”

(“Trabajamos en la oscuridad – hacemos lo que podemos – damos lo que tenemos. Nuestra duda es nuestra pasión y nuestra pasión es nuestro deber. Lo demás es la locura del arte.”)

(Henry James)

Uno de los desafíos más interesantes que he tenido como actor fue el de encarnar a ‘Bull Lee’, la representación de William Burroughs según Jack Kerouac en la novela On The Road (“En el camino” o “En la carretera”) que ha adaptado para el cine Walter Salles. ReLeí todo lo que había leído y todo lo que no había leído de Burroughs para prepararme. También escuché todo lo que pude encontrar de sus grabaciones porque estaba seguro de que su voz y su manejo de las palabras era la clave del personaje. No hay voz más original o desbordante en el inglés norteamericano, excepto en algunos instantes la de Christopher Walken. Me apoyé más en Burroughs y sus mundos ficticios que en la ficción de Kerouac. En Nova Express más que en cualquier otro relato de Burroughs hay una lucha contra el control que ejercen los guardianes de sistemas de la represión social a través del lenguaje, un ataque feroz contra la palabra y el fraseo “oficial”. Burroughs se empeña en la reinvención, en el rechazo absoluto de convenciones lingüísticas. Aunque Nova Express puede resultar más caótica y a veces más cansina de leer que sus dos otras novelas hermanas — Naked Lunch (“El almuerzo desnudo) y The Soft Machine (“La máquina blanda”) — sobre todo por los extremos a los que Burroughs galopa para destrozar y deconstruir la lógica narrativa y los significados convencionales del lenguaje, es innegable que del aparente caos total surgen hermosos ritmos, giros e ideas tan inquietantes como las inesperadas y apenas controladas jugadas a toda velocidad de Lavezzi, Bergessio y el Pipi, algunos de los genios más recientes que nos han regalado resultados emocionantes. De la nada un rayo parte la mediocridad y borra una hora y media de aburrimiento. Y entonces ya no importa otra cosa que la hazaña de ese momento de locura contenida, la precisión en medio de tanto quilombo. Así jugaba Burroughs.

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FABIÁN:

Burroughs y Frank Zappa tienen mucho en común.

Una escena de “Taxi Driver” que representa todo lo que acabas de explicar: Está ‘Travis Bickle’ en el bar donde para por las noches y le cuenta a otro tachero que siempre anda por ahí que salió con una mina y que le fue mal. El tipo le contesta cualquier cosa. ‘Travis’ le dice: ¡Me estás diciendo cualquier cosa!  El tipo le contesta: “¿Pero quién te creés que soy, Bertrand Russell? Yo soy un tachero”. Genial. Nosotros somos tacheros.