Viggo Mortensen y Fabián Casas
29/10-9/11/2015
29/10
La diferencia entre Edgardo “Patón” Bauza, que hoy anunció oficialmente y con mucha dignidad que dejará de ser el D.T. del CASLA al terminar el torneo actual, después del último partido contra Atlético Rafaela, pase lo que pase, y personajes como Caruso Lombardi y Jose Mourinho -que no paran de inflarse y de echarle la culpa a los demás por sus defectos profesionales y personales- no puede ser mayor. Como Cuervo le agradezco todo lo que le dio a San Lorenzo el Patón -sobre todo la Copa Libertadores de 2014, claro está, pero también su manera de ser. Su gentileza es un ejemplo extraordinario en tiempos mezquinos para el fútbol en lo de los comportamientos de jugadores y técnicos. Con Bauza la cosa ha sido diferente, de respetar, ha sido profesional. Por mucho que me hayan molestado sus planteamientos frecuentemente conservadores, siempre he agradecido su humildad y sus buenos modales con el club, los jugadores, los hinchas y la prensa. Es una persona que inspira la decencia y un buen trabajo colectivo. Le deseo suerte en todas partes.
En el diario Olé la semana pasada salió una nota que habla de los que no son como Bauza, escrita por Diego Latorre. Vale la pena leerlo:
Todos para uno y uno para él solo
Los entrenadores que acusan a sus jugadores eluden sus responsabilidades y se ven invulnerables: egoísmo puro.
Publicado el 25-10-2015
Por: Diego Latorre
dlatorre@ole.com.ar
Una semana con agitación verbal, con discursos alterados de entrenadores desligándose de la responsabilidad colectiva para señalar culpas individuales de los miembros del plantel a su mando, puede reducirse a una simple coincidencia. Se trataría, así, de declaraciones de protagonistas altamente sensibilizados por un resultado adverso. Pero los episodios no se encuadran -al menos, no de manera exclusiva- en un diagnóstico de emoción violenta. Porque hay un mandato que jamás debe perderse de vista: un técnico está obligado a mantener el respeto ante sus subordinados, lo cual incluye el apego a una postura docente frente a la derrota deportiva, un desenlace más que probable en el desarrollo de un partido.
Parece una pretensión exagerada en estos tiempos de histeria y preocupación por la imagen superficial, pero resulta necesario definir roles y entender que el fútbol está sujeto a las irregularidades colectivas y que ese mismo jugador cuestionado con severidad es el mismo que se entrena bajo gestión del técnico que lo señala. Entonces urge determinar responsabilidades. Porque si el entrenador sólo reserva la valoración positiva en ocasión de un triunfo o de una actuación convincente, entonces ahí rige el egoísmo y la injusticia. Más allá de las proporciones que a cada uno se le ocurra especificar, las responsabilidades que mencionamos están, siempre, distribuidas. El técnico que en las victorias saca pecho y en las derrotas señala para otro lado descuida la seguridad y la psiquis del plantel porque lo expone a una situación de vulnerabilidad generada por él mismo. Ese entrenador es un personaje construido para dividir el mundo entre ganadores y perdedores, que termina por creerse que es el único con influencia en el éxito del equipo. En esa arrogancia sin límites termina por ignorar las leyes primarias del fútbol, que ubican -con lógica estricta- al jugador como el que ejecuta las ideas y planes trabajados en los entrenamientos diarios.
Todos hemos colaborado en la construcción de estos personajes que presumen de garantizar el éxito porque fomentamos la polarización. Cuando un director técnico se atribuye un halo ganador hay que desmenuzarlo para ver de qué está hecho. En la jerarquía de un club, el DT asume una función primordial, como la de evitar complicidades a través del ejercicio de la autocrítica. La salvación personal que se persigue con la crítica descarnada, ya sea al árbitro, a los rivales o -como en el caso que comentamos- a los propios subordinados, surge porque, mediáticamente, el personaje se instala como alguien capaz de cosechar la simpatía popular.
Por suerte, el fútbol es capaz de generar sus propios anticuerpos. Por un lado, en su misma naturaleza descansa la comprensión de que una derrota puede ser una consecuencia sencilla de la supremacía ajena, de que en ocasiones lo proyectado como estrategia queda desbaratado sin más remedio y que no hay fórmulas que aseguren la victoria. En un futuro relativamente mediato ese perfil de profesional quedará marginado o confinado a refugios. El universo del fútbol, se puede comprobar, está demandando personal de alta calificación, con mejor formación y experiencia. Es el mismo jugador el que lo reclama a conciencia de que los atajos en el alto rendimiento son trampas, callejones sin salida.
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FABIÁN:
Che, lo de Bauza me liquidó. Me di cuenta de que lo quería.
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VIGGO:
30/10
Sí. Es un caballero, de los pocos en el fútbol. Me parece bien que haya decidido por su parte que su ciclo se acabó. Elige él su momento de despedida y al mismo tiempo le da una oportunidad al hincha para agradecerle en la cancha este domingo durante el partido contra Temperley lo que logró con el CASLA. Por cierto, voy a la cancha a ver el partido. Sé que vos no podés ir, pero espero verte el lunes para darte un abrazo y quizá, con un poco de suerte, celebrar el hecho de seguir vivos en la lucha por el campeonato. Si ganamos y Boca pierde todavía estaremos soñando.
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FABIÁN:
Ayer Anita me decía que te quería ver. Me dijo “Quiero que el tío Viggo me lleve en brazos en la lluvia para entrar al arco”. Genial. Ojalá nos veamos porque te extraño mucho. Abrazo Cuervo.
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VIGGO:
Yo también te extraño, y a Anita, Guadalupe y Rita. Y tengo muchas ganas de conocer a Julián. Te voy a traer ese regalo de Navidad del año pasado que me devolvieron tres veces, el paquete que más veces cruzó el Atlántico. Si Anita quiere vamos a comer pizza en la San Antonio. Tu viejo tiene un cumple en los próximos días, ¿no? Me encantaría poder verlo si es posible. Lo de ir en brazos en la lluvia para entrar al arco es de esa vez que estuvimos en la Ciudad Deportiva con Anita y salimos galopando por la cancha bajo el diluvio, ¿te acordás? Fue justo antes de irnos a la Patagonia para empezar el rodaje de “Jauja” con Lisandro.
Espero verlos a Lisandro y su familia también. Viendo que ahora habrá “triangular” para definir quien es presidente de la Argentina, ¿te acordás del día en que estuvimos en la oficina esa durante el Festival de Mar del Plata y Lisandro se sentó debajo de la foto de Scioli?
31/10
Vi recién, en el avión que me lleva a Buenos Aires, una película de 2006 que me molestó, me impresionó y me dejó pensando en mi cuerpo y los de todos los seres humanos, en mis deseos y miedos más profundos -esas cosas que, después de un desastre emocional que te da vergüenza, las contás a un buen amigo. “Notes on a Scandal” se llama. En castellano creo que se llama “Diario de un escándalo”. Los actores principales son Judi Dench, Cate Blanchett y Bill Nighy. Todos están bien. La dirección y la fotografía son excelentes. Hay mucha narración en “off”, algo que normalmente no me gusta, pero acá no estropea la película. Judi Dench es la mejor actriz del cine anglosajón de nuestros tiempos. Más allá de Meryl Streep o cualquier otra. Y eso que la Blanchett también es una grandísima artista. Pero lo de Dench está en otro nivel. Su mente, sus ojos, su discreción, su coraje, su esencial falta de vergüenza son de una incomparable maestra del su oficio. El mismo oficio que me ha dado casa y comida durante treinta años, pero en el que, al verla a la Dench, me doy cuenta de que soy un principiante tropezando en las nieblas de la incertidumbre. No tengo ni puta idea de lo que es encarnar un personaje como lo hace Judi Dench. Con mil matices, con una ironía y un dolor existencial tan profundo que no existe otra cosa, que me fuerza a prestarle atención y me deja maravillado por su arte. Tenerla a la Dench en mi vida -vivir en el mismo momento que ella- es como tenerlo a Messi y a mi hijo Henry. Mirá esta película, este magistral trabajo actoral de Judi Dench, si la encontrás por ahí.
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2/11
¡Qué lindo verte con Anita y los demás para el cumple de tu papi ayer en Boedo! Aunque tu viejo, como el mío, ha entrado en esa pieza mental que sólo él ve y conoce como suya, me pareció que disfrutó mucho de estar rodeado por seres queridos. Me encantó verlo tan tranquilo y feliz, gracias por invitarme al asadito. Cuando tu hermano te mande las fotos que hizo, por favor mandame alguna si es posible. Esta es una de las que le hice a tu papi:
Como te conté anoche en la casa de Lisandro, fue muy lindo ver un partido en nuestra cancha después de tanto tiempo. El equipo jugó bien para la despedida del Patón, y el Pipi se movió muy bien, mandándose un par de lindas gambetas y varios pases precisos. Tiene una elegancia propia, única. Sigue pudiendo sorprender con su velocidad de pensamiento y su agilidad. Ese ritmo individual tan único que posee lo capacita para anticipar y aprovechar lo que van a hacer los demás, tanto los rivales como sus propios compañeros. Espero que siga bien, y que pueda jugar un poquito contra Rafaela la semana que viene. Nuestro “10” tiene una fuerza mental extraordinaria. Ha vuelto rápido y afilado de otra seria operación de rodilla, y ha jugado como si tuviera diez años menos.
3/11
Seguro que también te repele la frase de Tévez que han incorporado los Bosteros (“todo volvió a la normalidad”) para definir lo que supuestamente significa para el país el nuevo campeonato de Boca. Suena como una frase de la Derecha dura, esa cosa del “orden” y los capos que vuelven a suprimir al pueblo. Ya les mostraremos de nuevo la normalidad de nuestra paternidad deportiva en el próximo torneo y en la Libertadores 2016, con buen fútbol y cero arrogancia.
4/11
Creo que Rosario Central quizá se equivocó al no ir a por todo en el partido del domingo contra Banfield. Si yo fuera hincha Canalla, del club que mejor está jugando en la Argentina, quisiera que el DT intentara ganar todo, torneo y Copa. Ahora Boca es campeón y no tiene presión. Central regaló el campeonato y ahora tienen que ganar la Copa Argentina sí o sí. Eso sí que es presión, ¿viste?
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FABIÁN:
5/11
Dear Viggo: ayer a la mañana un gorrión se metió a través del conducto de aire adentro del calefón de casa. Tuve que desarmar el caño completo, trepado a una escalera, y agarrarlo con la mano –estaba aterrado- y conseguí sacarlo vivo y echarlo a volar, cosa que hizo muy bien. Por suerte Guadalupe lo escuchó golpearse dentro de la máquina de acero porque si hubiéramos abierto el agua para ducharnos y se hubieran encendido las hornallas internas se habría quemado. Con eso empezamos el día. Y por la noche, cuando volvíamos de una presentación de un libro de un amigo, en nuestro auto, por la avenida Córdoba, vimos que, una cuadra delante de nosotros, una chica gritaba mientras dos chicos en moto intentaban robarle la cartera. Aceleré el auto hacia ellos y empecé a tocar bocina, cosa no muy recomendable porque no estábamos solos Guada y yo si no que llevábamos atrás a Julián en su sillita y a Anita sentada con el cinturón de seguridad puesto. Los tipos se asustaron y la soltaron y la chica pudo zafar sin que la robaran. Con eso terminamos ese día.
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VIGGO:
6/11
Hermoso y terrible lo que contás. Recibieron y pudieron devolver dos regalos hermosos, me parece, con el gorrión y la chica que rescataron. Creo que lo bello y lo feo van de la mano casi siempre.
Boca ganó la Copa Argentina con un arbitraje nefasto. En vez de 2-1 para ellos tenía que haber sido 1-0 para Rosario Central. Un penal que no fue y un gol claramente orsay le dieron la victoria al equipo de Arruabarrena. Los Bosteros no tienen la culpa; jugaron bastante mal un partido de fútbol y no merecieron ganar, pero se dio la victoria que los hace bicampeones argentinos. Para mí, aunque no me interesan mucho las teorías de conspiraciones y amaños, este caso me parece bastante sospechoso. Si fuera más paranoico diría que esto huele a gauchada para asegurar la reelección de Daniel Angelici. Es increíble que Ceballos, un referí bastante experimentado, pueda ser tan consistentemente ciego en la cancha, que se pueda equivocar tan exageradamente. Pero esto va a quedar así. El partido no lo volverán a jugar, aunque la AFA debería exigirlo.
A ver si podemos ganar el partido de la Supercopa que ahora nos toca jugar contra la Bosta. Pero será sin el Patón. Ha sido un año extraño. Al final Central, el equipo que, como venís diciendo, mejor juega al fútbol en la Primera División no ha tenido premio excepto la posibilidad de jugar en el próximo torneo de la Copa Libertadores.
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FABIÁN:
8/11
Ahora es domingo por la tarde y te tengo que confesar que hace ya varios días llevo un bajón intenso en mi estado de ánimo. Tal vez sea algo químico del cuerpo, no sé, pero es lo que me pasa. La vida se convierte en un guiso espeso y es difícil de revolver, pierdo el sentido de la alegría y la aventura y cualquier estupidez me demuele. De hecho, ahora, te escribo con todo el amor que siento por vos pero con mucha voluntad porque el “Fantasma”, en realidad, me tira para abajo, me deja inactivo como un buzo desconectado con el barco que lo cobija, en la oscuridad total. Guada dice que siempre me pasa esto para esta época del año y que por lo general empieza cuando llega el cumpleaños de mi Viejo. ¿Será así? Me dijo: “Te lo voy a anotar para cuando vuelva a suceder el año que viene lo compruebes”. No sé, no hago karate hace ya un año, desde que nació Julián y en este año complejo en el que me pasaron a mí y a mi familia muchas cosas, siento esa pérdida de fe y de fuerza. Me siento como debe de sentirse el Chacho Coudet, que es inútil remar porque está todo arreglado. Pierdo las ganas de leer, de escribir, me parece todo una quimera y las obligaciones familiares, que tanto me gustan, se vuelven una carga densa. Ya estuve así muchas veces en mi vida, pero cada vez es menos el tiempo que me queda en el reloj de ajedrez y esto –la impermanencia natural de la vida- que es algo que cuando estoy bien acepto y, hasta te diría disfruto, se vuelve un enemigo.
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VIGGO:
Lo siento, hermano, y creo que te entiendo. Como te acordarás, te dije en tu casa la semana pasada que no tenía ganas de actuar, que apenas la lectura y recitación de poesía me daba gusto últimamente, en cuanto al trabajo creativo, porque me sentía lento y poco optimista con respecto a muchas de las actividades que antes me llenaban de energía y felicidad. Trato de acompañarlo a mi viejo lo mejor que puedo, y cuido los árboles y los animales que encuentro. Disfruto de los seres queridos y agradezco el amor que recibo. Pero algo no va bien, algo falta. O sea que creo estar un poco embarrado y estancado como vos. Estoy ahora con mi padre, y él dice cualquier cosa -de un momento a otro puede hablarme en danés o inglés, pensando que está en Chile, Argentina, Dinamarca, o en la casa de sus padres y que ellos están esperándonos en la pieza de al lado. Ayer me dijo que lo paró un policía que resultó ser el Papa que había salido de su auto de policía para darle la mano nomás. Me lo contó como si fuera lo más normal del mundo, y esta mañana me lo contó de nuevo.
Sabemos que estos momentos de depresión van y vienen, que son ciclos, pero eso no quita la seriedad y el dolor medio somnoliento que traen estos bajones. Tenemos la buena suerte de estar bien acompañados por nuestras familias, pero a veces ni eso quita la sombra, la espesa niebla maligna. Tampoco hay garantía de poder salir del agujero. Hay que luchar contra ese fantasma. La vida es una remontada tras otra. Será por eso que somos Cuervos, porque al hincha del CASLA le toca remarla siempre, un poco más que a los otros equipos bien conocidos de la Argentina. Tal vez, si tenés tiempo, sería bueno volver al karate…
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FABIÁN:
9/11
No sé si viste el último partido del Cuervo, pero se me ocurrió que el planteo de Bauza era una buena técnica para combatir la depresión. Quedamos rápidamente con un jugador menos -yo tengo tres menos y enfrente está el Barcelona con Messi- y el equipo se reconstituye para soportar la desventaja en una cancha muy chiva donde vale pared. Fijate que Mercier se puso de dos y Cauteruccio jugó de volante defensivo con una entrega intensa, y que se armaron dos líneas de cuatro y así aguantamos hasta el final.
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VIGGO:
Un alivio total. Tenemos equipo. Yo creo que podés ganarle al Barcelona jugando con ocho, incluso con la Pulga en la cancha. Pero uno de esos ocho tiene que ser Torrico.
P.D.:
El cortometraje “Boedo 2108” escrito por Martín Cutino y Alejandro Giandinoto (dirigido por Lucas González Canosa) es genial. Lo pongo acá para los que no lo vieron:
¡¡¡LA VUELTA ES AHORA!!!